Capitulo 2 - "Yo soy"

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-PDV de ella-

Esa palabra quedó resonando en mi cabeza... "Cambiaste"

Y si, cambié. Gracias por recordarmelo. Juro que si no me lo decías no me daba cuenta.

Por favor, que tu vida de un giro de 360 grados no es algo que olvidés de la noche a la mañana. Y créanme que me encantaría que fuera así, pero ya ven; en el mundo en el que vivo los cambios son imborrables.

A mi edad los cambios no son nada buenos, los cambios provocan más cambios. Y se puede decir que todos los cambios que sufrí desde el día de mi cumpleaños número 15 tienen nombre y apellido, se llaman Dolores Morán. Pero no voy a contarles de ella, les voy a contar de mí. De como en apenas un año  llegué a aumentar cantidades increíbles de peso. De como pasé a pesar 75 kilos midiendo tan solo un metro cincuenta y ocho.

Si, cambié. Por supuesto que cambié. Es evidente que cambié.

Pero ahora... ¿Cómo sucedió? Si yo era un palo. Yo era hermosa. Yo ERA esa chica popular. Exactamente; ERA... primera persona del vervo "ser" en preterito imperfecto simple. Y relativamente no estamos aquí para hablar de mi pasado, si no de mi presente. Supongo que lo mejor sería presentarme.

Pero antes de decirles mi nombre les voy a decir quién soy. O mejor dicho quién NO soy; no soy normal. No soy una chica a la cual las cosas le fueron difíciles en la vida, nunca me tocó sufrir problemas de dinero, ni problemas de divorcios de padres, ni problemas escolares. No soy la típica chica rodeada de amigos y personas que la quieren y aconsejan. Es más; soy la que en vez de pedir ayuda se las banca sola, total no le importo a nadie, si soy un horror. Y volviendo al tema de l@s amig@s; no tengo amigas.

Literalmente y no estoy exagerando, no tengo una puta amiga. Siempre fui demasiado buena, creo que ese fue mi problema. Lo que dicen de mí me afecta absolutamente demasiado y, seamos sinceros, los comentarios de los adolescentes pueden ser muy destructivos. Sobre todo si tenés casi dieciseis años y pesás 75 kilos.

Sí. 75 kilos. Estoy candalosamente gorda. Abominable. Bueno, no tanto, pero esa imagen pienso YO que los DEMÁS tienen de mí.

Hasta hace poco creí que mi imagen personal era buena, que mi autoestima era elevada y reposaba en límites correctos o esperados.

Pero después me di cuenta de que no es que no es que no tengo amigas porque soy gorda: sino que soy gorda porque no tengo amigas. En realidad yo no me veía mal, pero sí me sentía mal, entonces todo lo que hice fue COMER.

Mis amigas se juntaban para ir de compras y yo comía, mis compañeros de colegio jugaban fútbol y yo comía. TODOS y hablo de absolutamente TODOS se burlaban de mí y yo comía.

Y sí.... algunas veces YO SOY a la que tienen que sacar de la clase, sinceramente no puedo aguantarme para responderle a algún profesor/compañero de mala manera, y con Lola cerca esto se me complica aún más.

YO SOY rara. Y eso queda en evidencia ya que, desde lo ocurrido, nunca volví a invitar a una amiga a mi casa, nunca, nunca, nunca. Nunca me volvieron a llamar por teléfono. Pero no exagero.

Bueno, soy rara, simplemente atrozmente rara. No solamente porque no tengo los mismos hábitos que todas las demás sino que soy bastante acomplejada gracias a mis viejos, a lola y a mis compañeros del colegio.

Es imposible, si me acordara de todas las humillaciones por las que pasé no tendría que estar viva en este momento...

Y siguiendo con mis traumas, recuerdo a mis viejos. No es que nunca me hayan apoyado, nada que ver. Siempre dispuestos a ayudarme y cumplirme los caprichos. Soy la perfecta caracterización de la hija única de padres de clase media-alta argentina.

Bueno, soy como hija única. Porque en realidad tengo un hermano 2 años mas grande (Peter), por lo tanto fui el centro de la atencion hasta los 3 años cuando se le ocurrió nacer a mi hermano (Agustin).

En fin, la cosa es que nunca dejé de ser hija única, no porque mis hermanos no existieran sino porque yo tengo siempre diferentes necesidades.

Me llevo 2 años con mi hermano Peter 3 años con Agus y 5 con Joaquin , es decir; nuestras necesidades son diferentes.

Volviendo con lo anterior; el tema es que mis viejos me tiran abajo.

Me dicen qué tengo que comer y qué no. Hace tiempo que se empezaron a preocupar por mi aspecto físico pero jamás se preocuparon porque yo no tengo amigas o porque leo demasiado o porque no recibo llamadas telefónicas ni quiero festejar más mis cumpleaños. Esas cosas parecían no interesarles y se escuchaban bajo la oración: “es que es una nena especial”.

Especial. Eso soy siempre desde ese día, o al menos eso escuchaba que se hablaba de mí.

Eso me hacen creer, o eso quieren que yo escuche, o eso quieren que los DEMÁS escuchen.

Especial. Entonces me hicieron tomar clases de piano. Desde los 5 años mi abuela (mamá de mi mamá y concertista) me empezó a llevar a sus ensayos de piano, pero desde la aparición de mis últimos problemitas se empecinaron en hacerme tomar clases serias.

No es por ser vanidosa pero YO SOY muy buena. Aprendí las notas de memoria, tanto que nunca tuve que saber leerlas en un pentagrama. Así me pude aprender sonatas, sonatinas, o conciertos enteros de memoria. Me cansé de escuchar que tengo un oído increíble y que si me dedicaba a esto iba a llegar muy lejos. De hecho, sí. Hace uno o dos meses di un concierto donde toqué algo de Chopin, Bach o el boludo de turno. Pero, lo cierto, es que tengo el folleto de mi concierto en algún lugar de mi placard, nunca le di mucha importancia que digamos.

No obstante, ahora me mandaron a tomar clases de tenis. Ya deduzco que quieren hacerme bajar toda la grasa.

Así que tomé ayer una clase y  soy buena. ¿Ven? Eso es lo que siempre me molesta: ser buena en todo lo que quiera hacer, o mejor dicho; en lo que me mandaban a hacer. Porque si apestaba quizás me dejaban dejar de hacerlo pero soy muy buena en todo.

Mis habilidades son muchísimas:danzas, bailes de todos tipos, tenis, piano, natación, inglés. A los nueve años empecé a estudiar inglés y poco más tarde a nadar en un club. Soy excelente en inglés y mucho más buena en natación. Pronto empecé a competir en torneos y gané todas las competencias. Con el tiempo y con los retos de mi vida me di cuenta de que lo que piensa la gente no me interesa, o que al menos puedo fingir que no me interesa y puedo hacer que la gente crea que soy autosuficiente. Lo cierto es que me interesa por demás de la línea de lo normal o esperado. Sí, claro. Siempre excediendo esa línea. Esa soy yo: Oriana, la que excede los límites de lo normal. Pocas veces para bien.

Ahora me conocen, saben que YO SOY esa que ve por lo menos tres películas al día, saben que YO SOY la que se esconde en su cuarto cuando vienen invitados, saben que YO SOY la que fue traicionada en su "noche inolvidable", saben que YO SOY esa chica rara.

Saben que YO SOY ORIANA.

*Autoras: Lali C. y Vale S. (Yo)

All you need is love (NOVELA ORIAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora