Capítulo 9 - "Demonios"

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Es simple, cerrás los ojos y... Cuando los abrís, te das cuenta de que las cosas no cambiaron, de que siguen siendo la misma mierda que antes y que por más que los demás noten un cambio, vos sabés que no lo hay, que estás peor, que todo esta peor. Que aunque te repitan lo contrario, esa voz en tu cabeza te asegura siempre lo mismo.

Si pensás que dos más dos es cuatro, ¿por qué los otros tienen que repetirte que es cinco? En tu mente es cuatro y siempre va a ser cuatro. Y capaz sí, capaz sos vos la equivocada. Quizás el resultado correcto es cinco, pero en tu mundo no es así. Dicen que sos un uno pero vos te ves como un cero, porque el espejo te revela un cero y tus ojos captan un cero. No podés creer que te digan que sos una delgada "i" cuando en realidad te ves como una redonda y enorme "o". No podés verte flaca después de haber recibido tantos insultos diciéndote lo contrario. Quizás ahora las críticas sean invisibles, inexistentes dirán, creadas por mí. ¿Pero sabés que es más inexistente? El opinión en los demás en mi vida, porque ya hicieron tanto daño que, más que ignorar sería ni siquiera notar su presencia. Ahora sólo importo yo, yo y lo que pienso, o lo que soy, o lo que esa voz dentro de mí me dice que soy. Soy ese espejo en el ropero de mi habitación que volví a colocar. Soy esa imagen horrible que aunque intente nunca podré cambiar ni en un millón de años. Sí, en parte me acepté, o eso hago creer a los demás. Pero en el fondo hay una lucha entre comer para satisfacer a la mirada controladora de mi familia y no comer para satisfacer a quién me acompaña dentro mío. Alguien te dice que vayás hacia la izquierda y otro te invita a la derecha, pero hay algo en común, ambas van para abajo. Y pensás que quizás yendo para este costado vas a ir un poco más hacia arriba. Pero aunque en un principio parezca así, la verdad es que en un lapso grande de tiempo, después de haber vivido tantas cosas, logré digerir que hay veces en las que te toca una vida en la cual todo siempre va para abajo. Pensás, ser flaca va a arreglar las cosas, no importa que me enferme, obsesione, trastorne, o lo que fuese. Voy a ser anoréxica, bulícima, o lo que el mundo quiera que sea, pero voy a ser feliz.

¿Saben algo? Nunca fui feliz.

Han habido momentos en los que me miré en el espejo algo esperanzada y por unos cuantos segundos logré quererme aunque sea un poco. Pero al acto se desvanece, al igual que mi sonrisa cada vez que la disfruto. Es tener lo que querés ahí, en tus manos, y que alguien o algo te lo arrebate. Sin razón y sin previo aviso, sólo ya no está más. Se desliza entre tus dedos burlándose de lo que pudo ser.

Sí, es difícil, pero me acostumbré, y fue así como los días pasaron, cargados y algo complicados. No los lloré tanto, pero fue un tiempo que me sirvió para reflexionar en cuanto a... Todo. El mes de marzo había llegado a su fin, estábamos en abril y a tan solo 3 días de mi cumpleaños número 16, es tan loco saber que en un sólo año pasaron tantas y tan pocas cosas. Fueron muchas pero nada, pocas pero grandes. Pequeñas y dolorosas o numerosas e insignificantes. En sí, creo que sólo diré que... Sí, el tiempo pasó.

Desde el almuerzo en mc donalls Julian le prohibió a Jenny volver a dirigirme la palabra, y ella así lo hizo. Con Francisco todo iba de mal en peor, cada vez que yo me enojaba se defendía lastimándome. Me daba en mi punto débil, me hacia sentir culpable todo el tiempo y lograba que terminara en el baño de mi cuarto pidiéndole a Dios valor para poder cortarme y tener la maldita suerte de dejar esta puta vida. A mis hermanos realmente les daba lo mismo mis decisiones amorosas, pero sabían el daño que él había causado en mí y por esa razón no lo trataban de la misma forma que en un principio.

En el colegio todo lo que hacía era estar distante, escribiendo en un cuaderno y cuando nadie lo notaba sollozaba en silencio. Me sentaba sola al final de la clase aislada de todo, pero aún así sentía la mirada burlona de Julian sobre mí. Con eso lograba que me encerrara por horas en la biblioteca, que es donde estoy en este preciso momento, dándome a mí misma fuerzas para seguir.

All you need is love (NOVELA ORIAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora