All you need is love (NOVELA ORIAN)

Capitulo 3 - "Ahora entiendo"

-PDV de ella-

Era un día como cualquier otro, el verano ya estaba en puerta, me levanté y miré el espacio vacío donde antes estaba mi espejo y recordé lo pasado hace unos meses, que desastre.

Escuché como mamá me llamaba desde la cocina e informaba que debía acompañar a mi prima Ángela a buscar notas a su colegio. Me puse jeans largos, remera negra, campera y mis infantables vans negras (si, con el calor que hace yo uso campera).

Cathy: Oriana; bajá. Llegó Ángela.

Bajé con cara de pocos amigos y Angie se dió cuenta que no poseía demasiadas ganas de acompañarla.

Ángela: si no queres ir... no me enojo.

Yo: todo bien, ya me levantaron,no tengo sueño.

Cathy: bueno, niñas. Vayan que les van a cerrar el colegio.

Ángela: si tía, nos vemos a la hora del almuerzo -le da un beso a mamá.-

Cathy: ¿Y vos, Ori? ¿No me pensas saludar?

Ori: chau, mamá. -le dije con mala cara.-

Cathy: ¡si pueden ir caminando, mejor! Así hacen actividad física. -okey, capté la indirecta. Simplemente bajé la mirada mientras se me venían miles de cosas a la cabeza y luego me fui.-

Estuve todo el camino sin emitir una sola palabra, un poco por mi mal humor y otro poco también porque mi prima hablaba y se contestaba sola, es una costumbre de ella.

Al llegar al colegio me dijo...

-Quedate acá, en lo posible que no te vean, no nos permiten ingresar personas ajenas a la institución.-

Es entendible; mi prima me quiere ocultar, si miren la vaca gorda que soy. Obviamente no quiere que la vean con migo, le doy vergüenza, con todos los que me rodean es lo mismo, me menos precian, y los entiendo. Pero lo cierto es que todavía no me acostumbro, no importa que tan seguido suceda. Las denigraciones me afectan mucho, lo suficiente para llegar al punto de auto-castigarme. Ese es el problema; me odio demasiado, y ellos hacen que me odie aún más. A esto deben grabárselo: no solo la comida engorda, la mirada de los demás también.

Me afirmé en la baranda que da hacia la parte baja de la acera y observé con detenimiento como pasaban los autos por debajo de la especie de "puente" en el que me encontraba. Con lo de mamá mi animo bajó de 0 a menos 10 y respecto a Angie disminuyó a, por lo menos, menos 25.

Me tambaleé insegura y luego reflexioné en cuanto a qué pensaba en ese momento. ¿Por qué tengo ganas de saltar y que todo esto termine? ¿Tanto me hirió que me traten de gorda? No, yo no soy tan así, pero esto se está saliendo de control y, literalmente, mi cuerpo se maneja solo.

Ya estaba lista para hacerlo cuando una voz atrás mío dice...

-¡la plata peor gastada es la de los exámenes de diciembre! ¿No opinás lo mismo?-

Giré y quedé en shock, el mismo chico que me choqué en mi fiesta de 15 estaba parado frente a mí nuevamente. Sus ojos miel, su cabello ondulado y su sonrisa. Nada había cambiado y eso que pasaron 6 malditos meses.

Me dedicó su mejor sonrisa y se acercó a mí.

xX: ¿te comieron la lengua los ratones?

Ori: no. Bah, digo sí; sí pienso lo mismo.

xX: ¿tu nombre es..?

Ori: O-riana. -tartamudeé.- Me llamo Oriana.