⇢ cuatro.

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— ANTES DE COMENZAR: hice un pequeño trailer (yuju) para recompensar la demora :(, pueden verlo a continuación, ah. espero que les guste mucho jiji.

FÁBRICA NACIONAL DE MONEDA Y TIMBRE —.
MADRID, ESPAÑA.

APRETÉ CON CUIDADO EL PAÑO CON ALCOHOL EN LA HERIDA DE RÍO. Nairobi había intentado curarle, pero se encontraba muy nerviosa y lo dañaba más. Denver y Catalina seguían reprendiendo a Tokio, que estaba sentada mirando a la nada, escuchando atentamente cada palabra de ellos.

"¡Explícame qué cojones ha sido eso! ¡Se te va la cabeza!", escuché decir a Denver. "¡Has acribillado a dos policías!"

"Tranquilízate. Apareció un puto policía disparándome. ¿Qué hubieras hecho tú, escupirle?", arremetió Tokio contra él.

"Ésta es una estúpida", dijo Catalina en mi dirección, ya harta de no poder hacerla entrar en razón.

"¡Pues qué vas a hacer, tía, qué vas a hacer, seguir el puto plan, joder, que lo hemos repasado 400 millones de veces!", le gritó Nairobi. "¡Hasta estos que no conocemos lo saben, coño!"

"Aún me pregunto que mierda tienen estos locos en la cabeza", opinó Isabel dirigida a nadie en específico. Estaba sentada fumando un cigarro y quejándose como usualmente lo hacía. A su lado estaba Guillermo, quieto y silencioso. "Sobretodo tú, niña, mira que arriesgar a todo un equipo por tus arrebatos de niñata caprichosa... No, no, que a ustedes no les han enseñado como se trabaja en equipo. Y si siguen así, su bendito plan les dará por el culo", se llevó el cigarrillo a la boca y antes de darle una calada, agregó: "Y por lo tanto, a nosotros también"

Era cierto. Si el plan de ellos fracasaba, el de nosotros igual, porque estaba construido a partir del de ellos. Pensar en que eso podía suceder me enfureció, por lo que mi delicadeza al curar a Río desapareció. El guapo rostro que él poseía se contrajo, y adquirió una expresión de culpa, sobre todo al escuchar como todos la cargaban en Tokio.

"Caí bloqueado con los impactos...", intentó explicar Río, pero Denver lo calló. Yo también lo habría hecho.

"Cállense todos la puta boca", expresé lanzando el paño a la mesa y enfrentándolos. "Esperaremos a que llegue Jorge con Berlín para que llamen al Profesor y le expliquen la maldita estupidez que acaban de hacer"

"No, es que me parece fantástico", dijo Tokio cabreada hasta la coronilla. "Este es nuestro puto atraco y llegan unos desconocidos cagados de la cabeza, nos instalan un explosivo en nuestros puñeteros tobillos y luego se creen los jefes", ahora estaba de pie, justo frente a mí. "Fantástico, ¿no? ¿Ahora qué? ¿Les servimos un café?"

"Pues un café con leche no estaría mal", le respondí con ironía acercándome a ella, quedando solo a unos cetímetros de distancia. "Y éste no es un atraco de ustedes... Si fueran un equipo, sabrían la verdad que esconde su querido Profesor", agregué con amargura.

Un par de minutos más tarde, llegó Carlos acompañado de Jorge y Berlín. Helsinki y Oslo se habían quedado custodiando a los rehenes mientras nosotros solucionábamos esto. Carlos se sentó en la silla donde antes se encontraba Tokio, causando que ésta lo mirara con una ceja elevada.

"Puedes sentarte en mi regazo", le dijo Carlos regalándole un guiño, a lo que ella rodó los ojos en respuesta. Éste se encogió de hombros y me miró, palpando sus piernas. Me encogí de hombros y me senté donde Tokio había rechazado hacerlo. "Creí que ibas a morir, ya hasta estaba pensando qué me pondría para tu funeral"

REALEZA ; RÍO (ON HOLD/LA CASA DE PAPEL AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora