PRÓLOGO

26 2 0
                                    

Todas las personas con un 1% de sensibilidad emocional le tiene miedo o respeto a la muerte. Yo no soy un caso excepcional ni nada por el estilo. Tengo miedo. Miedo de que mate a todas las personas cercanas a mí. Siento que estoy arrastrando conmigo a todos los que me rodean. Nunca he querido que nadie sufriera por mí y por esta mierda a la que estoy condenada terminalmente y a la que estoy condenando yo a los demás. No tengo por qué obligarlos a cargar con mi pesada cruz. Porque yo, al fin y al cabo, no tengo una razón lógicamemte sensata para tener miedo por mí misma: mi vida es como un cigarrillo, hablando metafóricamente; me consumo a una velocidad intensa con desquiciadas pinceladas desesperantes hasta llegar al final y convertirse en cenizas.
¿Miedo por mí? No. ¿Por mi familia? Vaya que sí. Porque ellos son los que van a recordar y a lamentar esto siempre. Yo no. Cuando mi corazón se pare, mi memoria, razón, sensibilidad, culpa y todo lo demás que comtenga mi existencia o lo que quede de ella, se parará también.
Y, ¿esto es el amor? ¿En esta cruel mofa del destino consiste? Si el amor se basa en el bienestar y felicidad del otro llegando al punto de olvidarse al completo de la propia, entonces sí, es injusto y cruel. Vaya que lo es.

.....................................
Hola!! Espero que os haya gustado el prólogo de La Víspera de las Rosas.
Significaría muchísimo para mí que votárais y que dejárais vuestra opinión en los comentarios😍

LA VÍSPERA DE LAS ROSASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora