10 (FINAL)

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- Dime, Monica. ¿Por qué me has citado aquí, en el parque? Y, ¿por qué lloras?-Liam se mostró preocupado. Y lo estaba.

-Se puede cambiar la película pero no el destino-la barbilla de Monica temblaba y lágrimas rebozaban por sus hermosos ojos.
-¿Qué película? ¿Qué dices?
-A Rose le han diagnosticado melanoma. Le quedan tres meses de
vida-Monica cada vez lloraba más.
-Eso es imposible-murmuró Liam-. A Rose le diagnosticarán el cáncer en su adolescencia; después de que Aria nazca y después de que usted fallezca.

No le dio tiempo a escuchar nada más. La figura de Monica se desvaneció. Todo su alrededor se desvaneció.
Cerró fuerte los ojos. ¿Qué estaba pasando? ¿Se estaba mareando?
Cuando los volvió a abrir se encontraba solo y en la puerta de la cárcel.
Rápidamente corrió hacia aquella tienda cercana y se miró al espejo. Era más mayor. Como hace diez años.
Había vuelto al presente. Había vuelto a una vida sin Rose. Lo que significaba una vida vacía.
Mientras seguía mirándose al espejo, una hoja de un periódico se quedó pegada al cristal del escaparate. Liam la tomó. El titular decía: "Kiefer y Satanás son asesinados en una plantación de minas en su castillo".
Media sonrisa se formó en su rostro. Había hecho justicia. Había vengado la muerte de Rose, la chica de la que se enamoró en la víspera de las rosas.
Monica tenía razón; no se puede cambiar el destino. Se puede cambiar la forma de los hechos pero el final siempre será el mismo.
Liam se guardó en el bolsillo la hoja del artículo. Le iba a servir para recordar el dulce sabor a derrota cada vez que se sintiera un poco más roto y despojado por la pérdida de su amada Rose. En cada paso que daba sentía como su corazón se quebraba un poco más. Un paso, una grieta. Otro paso, otra grieta. Y Rose era la tirita. Y qué tirita.

FIN

LA VÍSPERA DE LAS ROSASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora