13.

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La redención de Castiel.

🐝

La noche era brevemente alumbrada por las pequeñas llamas de la lámpara, quienes bailaban al compás del ligero viento, bajo la atenta mirada de Castiel.

El angel, en si, no habia abandonado el reyno celestial, pero hacia ya tres dias seguidos que residía en la tierra. Irónicamente, jamas se habia sentido mas cerca del cielo que ahora.

El sabia que habia represalias, pero simplemente, no queria alejarse del demonio, cuya existencia le parecía la unica importante. Creía el, que eso es parte de estar enamorado. Sentir que estaba en el paraíso.

Y mientras se hallaba absorto en sus pensamientos, mirando fijo la lamapara de gas, viendo, sin ver, la danza de las llamas. Sintio el roce de unos labios, los cuales lo trageron a la realidad.

Castiel no pudo oculta su pequeña sonrisa, cuando vio a su lado al rubio, quien besaba sus nudillos.

-¿Por que haces eso? - susurro entonces curioso.

El demonio miro sus ojos.

- es la unica forma en que se decirte cuanto te adoro - respondió unos momentos despues de pensarlo, incorporándose un poco mas, cerca del angel, para entonces besar su frente en una muda muestra de amor.

El angel cerró sus ojos ante el tacto de los labios sobre su piel, soltando un corto suspiró de confort. Cuando Dean se hubo alejado, Castiel le miro con sus azules ojos, entre sus pestañas.

-¿Sabes que te amo?, ¿verdad?. - murmuró el angel, tomando su mano. Dean asintió - solo quería estar seguro - dijo entonces, con una intima sonrisa.

El rubio río entonces, ante las palabras pronunciadas por su amado. Y Castiel pensó que no habia ruido alguna, capaz de comparar la belleza de esa risa.

Cuando Dean se hubo recuperado, no pudo evitar robarle un beso a su angel, que con cariño correspondió.

Cuando el beso se terminó, Dean tenia sus ojos negros y sonreía, aun incrédulo, de que tal felicidad sea suya. Su sonrisa no se esfumó, nisiquiera cuando tomo la botella de licor del suelo, llevándola hasta sus labios.

Castiel disfruto de la vista de Dean, bebiendo aquel líquido fuerte, mientras dejaba su cuello expuesto. De pronto el angel también se sintió incredulo y emocionado, tocando distraidamente sus labios con las yemas de sus dedos.

Esto era suyo. Este demonio cuyo pasado se hallaba olvidado y escondido entre una dura melancolía. Pero cuyo presenté, parecía serlo todo. Este demonio, quien le amaba. Y el angel podia jurar que jamas habia sentido tanta felicidad en su existencia.

-¿me combidas? - pregunto de pronto, dejando al demonio algo confundido, antes de entender que hablaba del licor.

- pensé que no te gustaba - respondió Dean, dando la botella.

- no disfruto su sabor, pero si me gusta lo que hace - solto sonriente, llevando la botella a sus labios.

Mas tarde, sin darse cuenta, la madrugada comenzaba a llegar de forma lenta, al igual que el frio de otoño. Haciendo que ambos seres ingresarán a la cabaña, la cual llamaban hogar.

Dejando tras de ellos la lampara, ya apagada, una manta estendida en el suelo y la botella de licor vacia.

Una vez dentro de su hogar, Castiel se sentia ligero, al igual que el dominio, quien tomo la mano del angel, jalandolo hacia el, para tomarse su cadera y merecerse al compás de una inexistente melodía. Castiel sonrio, apoyando su rostro contra el pecho del demonio, dejandose guiar en el baile.

De pronto, el rubio comenzo a susurrar una dulce letra.

Si le hubiesen preguntado a Castiel en ese instante que es lo que sentia, el hubiese respondido felicidad, amor y definitivamente el paraiso terrenal.

Pero nadie le pregunto. No le preguntaron si creia que esto valia la pena, solo se le arrebató todo lo que se hallaba a su alcance.

Las cosas habían pasado de repente, el sol nisiquiera se habia asomado por completo y el cielo seguia manchado de naranja. Las llamas de la chimenea crisparon, gracias al viento provocado por los aleteos.

Entonces, incluso antes de saberlo, ya estaban rodeados. Incapaces de enteder la situación, Castiel fue arrancado de los brazos del demonio y arrojados entre los de su preocupado hermano, mientras Ana, sometia a Dean, haciendo que este se arrodillara en el suelo.

The ángels and demons. [Destiel].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora