Fallen from the sky

GREEN I

CLARKE

Perdí la cuenta del tiempo que llevaba en esa posición, la mitad de los guardias habían salido en una expedición para traer los suministros al campamento.

mi piel estaba quemada por el sol y mis labios secos y partidos, pensaba que iba a morir allí, sorpendentemente Diana ordeno que me bajaran y me llevaran dentro de la nave.

no podía mantenerme en pie así que el guardia se vio obligado a llevarme cargando.

entramos a la nave y vi que había alguien en una hamaca de las que habíamos hecho cuando fuimos atacados con el virus.

me dejo en el suelo y Sydney se puso a discutir con el al verme allí tirada, trataron de ser discretos pero logre captar una que otra parte de la conversación.

- eres un idiota, así no nos va a servir de nada

- canciller, usted fue quien ordeno su castigo

- pero no ordene que no se le diera aunque sea agua

- si no va a ser de utilidad ¿que hacemos? ¿la matamos?, si los demás ven que uno de sus lideres muere nos temerán y nos obedecerán

- o se revelaran - hiso una breve pausa y hablo aun mas bajo- han estado inquietos con el rumor de que los del arca bajaran. ayuda a que la joven se recupere un poco, que apenas sea de utilidad no mas.

el guardia asintió enérgicamente, Sydney me miro y se volvió al guardia

- si intenta escapar no dispares a matar, es nuestra única doctora...o lo mas cercano a una - corrigió disgustada- la señorita Reyes debe de estar en funciones lo mas pronto posible ¿entendido?

- claro canciller

- Raven - murmure-

Diana se retiro, yo trate de levantarme para ver a Raven, pero solo logre trastabillar, intente sujetarme del guardia pero el se quito permitiendo que cayera, se rió de mi pero yo seguí intentando llegar a Raven y lo logre, asome mi cabeza por la hamaca y allí estaba ella, empapada en su sudor y dormida pero con una mueca de dolor.

en mi estado no podía hacer nada, entonces decidí esperar a que el guardia me diera de comer, pero el se negó.

- ni pienses que compartiré de nuestra comida y agua con una delincuente como tu

- lo ordeno la canciller 

- ella no se enterara, tu palabra no tiene valor ante ella

- cuando yo muera, tu iras a la tumba conmigo, ella odia que no se le obedezca y lo sabes, no esta para andar por allí con guardias rebeldes

levanto la parte trasera de su arma queriendo golpearme y yo cerré mis ojos y levante mis brazos para intentar cubrirme del golpe que no llego, al abrirlos vi que había entrado otro guardia, este era mas joven pero al parecer también mas respetado, era alto, cabello negro y piel morena clara, sus ojos verdes muy claros, ordeno al guardia anterior que se retirara y no fue hasta que se acerco a mi que me di cuenta de que traía un botiquín en sus manos.

se acerco a mi y se puso en cuclillas, parecía enojado aunque su trato fue amable, quiso tomar una de mis manos para curar mis muñecas pero no me deje.