*EN EDICIÓN*
100 adolescentes enviados a la tierra para comprobar que fuera habitable.
2 líderes en conflicto y 13 clanes en guerra.
el odio convertido en amor, y el amor...en dolor
¿podrán sobrevivir en este lugar desconocido y totalmente hostil?
"...
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Hace algunos años era una simple adolescente que pasaba sus días con su mejor amigo Wells en el arca, mi pasatiempo favorito era dibujar, hacerlo me llenaba, me encantaba dibujar paisajes de la tierra, no hubiese tenido idea de cómo era de no ser por los libros que nos daban en clases, solía imaginar que estábamos allí y vivíamos felices conviviendo con la naturaleza, pero en realidad nada era como lo describían, era o mucho más hermoso o más terrorífico.
Después de todo este tiempo ha cambiado mucho en mí, mi forma de pensar es muy diferente a la de la inocente niña que vivía en el espacio, mi cuerpo ya no es delgado, ahora mis músculos se han tonificado y engrosado, quizá algo de evolución, pero lo que mas ha cambiado es mi pasatiempo, en lugar de pintar y dibujar...ahora me dedico a sobrevivir...
En este momento debes de estarte preguntado como fue que cambiaron tanto las cosas, ten paciencia, esta es una historia muy larga, así que prepárate.
Me encontraba en mi celda terminando uno de los muchos dibujos que había hecho durante el año que llevaba en confinamiento solitario, cuando la puerta se abrió y por ella entraron dos guardias. Sabía que aún no era el momento de que fuese flotada, esperaba sentir terror, pero en cambio sentí alivio, estar allí confinada era terrible, la soledad me golpeaba cada segundo de cada día, sentía que estaba perdiendo la cordura, esas voces que escuchaba en los rincones de la pequeña habitación me agobiaban, así que resignada me levante y sentí como mi blusa se despegaba del sudor que había en mi espalda.
- Prisionera 319, contra la pared
- ¿Qué sucede?
- Silencio, extiende el brazo derecho
En ese momento me giré y vi como de una caja alargada sacaban unas pulseras gruesas de metal.
- No, no me toca, hasta dentro de un mes no cumplo los dieciocho
- Extiende el brazo -ordeno el guardia mientras sacaba un paralizador- y quítate ese reloj
- No, era de mi padre
- Quítatelo -ordeno mientras el otro guardia se acercaba a mi-
No tenía idea de lo que pasaba, así que empuje a uno de ellos mientras que con su arma paralice al otro, salí corriendo de mi celda, no sin antes cerrar la puerta de esta dejándoles dentro, pero desde el pasillo pude ver que estaban sacando a todos los prisioneros, tanto los de la planta de arriba como los de abajo, ¿acaso nos flotarían a todos este día?, no tuve mucho tiempo para pensar, los demás guardias me vieron y venían hacia mí, estaba acorralada, entonces, de entre ellos salió mi madre ordenándoles que nos dieran un momento.
