Cap. 8- "consecuencias"

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Los primeros días en el reformatorio fueron bastante duros. El primer día, en la noche llore, así el segundo y el tercero. Después y cuando menos lo espetaba cumplí la primera semana, encerrada y ya me había acostumbrado.

Erika y el resto de la "realeza" me habían enseñado a cómo actuar, a cómo comportarme, a como retar a los policías sin recibir castigos, a cómo tratar a "las gatas". Me había convertido en una de ellas. Era igual de fría y manipuladora.

Por un tiempo no deje de ser yo, solo actuaba. En el fondo no quería hacer todas esas cosas malas, las cuales la reina me mandaba a hacer.

Yo pensaba "podré fingir, solo serán tres semanas" pero a escasos días de que se cumplieran las tres semanas mi familia vino a darme una noticia...

Recuerdo ese día con claridad, era un miércoles y mi familia nunca me iba a visitar los miércoles ya que estaban ocupados con el trabajando. Pero como estábamos a escasos días del juicio pensé que venían por algo relacionado. Cuando entré al cuarto de visitas estaban ahí las únicas personas que habían estado para mí durante todo este proceso. Mi madre, mi padre y mi tío. Cuando me senté frente a ellos todos estaban fríos, distantes, nerviosos e incluso podía notar en sus rostros algo de incomodidad.

Mi madre empezó a hablar, trató de hacerme la plática, pero notaba como lo estaba forzando. E incluso a mí me pusieron un poco incómoda. Por lo que decidí preguntar ¿Pasa algo?, ¿Todo está bien? Después de soltar esas preguntas la mesa se quedó en silencio, nadie habló, mi familia se intercambiaban las miradas tratando de comunicarse sin palabra alguna, estuvieron así unos segundos hasta que me tío Walter habló.

Me explicó todo, y después de darle muchas vueltas al tema me dijo que la espera del juicio se alargaría siete meses más. Cuando escuché me levanté de la mesa, mi mamá me tomó del brazo tratando de que me quedara, peo no quería saber nada de ellos. Todos se pararon de la mesa siguiéndome, gritando cosas para que me quedara y los escuchara. Pero yo me quería ir de ahí, no los quería escuchar. Todos estuvimos forcejeando, yo luchaba por soltarme y ellos por retenerme, hasta que los policías se dieron cuenta de lo que pasaba y fueron hacia mí, me separaron de ellos y les pidieron que se retiraran, mientras a mí me llevaban lejos de la sala de visitas.

Todo el mundo dice que la vida en una cárcel no es fácil, que te cambia la vida, que si pisas ese lugar cambiarás completamente y yo creo que es eso realidad. Cada persona que pasa por aquí tiene alguna experiencia la cual la hace cambiar. Y para mí fue eso. Una simple visita, unas simples palabras.

Eso fue lo que me hizo cambiar, entonces deje de ser yo. Ya no estaba fingiendo. Ya no era buena. Ya no tenía caso.

Estaba furiosa, con mi familia, con mi tío.

Estaría aquí siete meses en espera de mi juicio. Y por su culpa. Todas las semanas venían a visitarme. Pero yo no quería verlos. Por lo que ya nos los volví a ver. Estaba furiosa con mi familia pero no los tenía enfrente para poder decirle todo lo que realmente quería, por lo que empecé a desquitarme con cualquiera que se me parara enfrente: policías, internas, con la directora, incluso con demás "colegas" y con Erika.

Erika estaba bastante feliz con mi comportamiento, decía que así se debía de comportar una niña que pertenecía a la "realeza", por lo que me convertí en su segunda.

Así pasaron cinco meses y medio. Entre poder, peleas, malos comportamientos , malas decisiones, castigos, y mucho, mucho sufrimiento. Pero en el último mes y medio mi vida cambió radicalmente y otra vez por algo más sencillo, una llamada.

También recuerdo bastante bien ese día...

(*  *  *)

Era un miércoles, los miércoles eran los días en donde las internas hacían y recibían llamadas. Ese miércoles me llamaron por el altavoz diciendo que tenía una llamada. No tenía idea de quien seria. Así que solo por curiosidad tomé la llamada.

Me estaba llamando la persona que menos esperaba en el mundo. Mi abuelo.

Recuerdo que en los seis meses y medio que llevaba aquí jamás había sentido tanta felicidad. Ese día lloré de felicidad y de tristeza, esa vez sentí emociones que no había experimentado desde que entre aquí. Sentía felicidad, amor, comprensión, todas esas emociones que hacen a un ser, un humano habían regresado a mi. Y esas emociones se incrementaron diez veces más al escuchar a mi abuelo decir que el sábado vendría a visitarme.

(* * *)

Al fin había llegado el sábado que tanto había esperado. Después de tanto tiempo vería a mi abuelo.

Recuerdo que eran como la una de la tarde cuando llegó, un policía fue hasta el patio a buscarme. Fuimos a la sala de visitas , abrieron la puerta y ahí estaba mi abuelo. Él estaba feliz de verme, y yo también.

Toda la visita estuvimos platicando, le pregunté por la abuela y me dijo que estaba de visita con sus hermanas y que por eso no había venido. Ella aún no estaba enterada de que yo estaba presa y mi abuelo apenas se había enterado hace unos días. Por eso apenas me venía a visitar. Me dijo que mis padres habían mantenido todo ocultó y dijeron que yo me había ido de intercambio hasta que un día a mi madre se le salió decirle a mi tía Jessica, y ella hizo un alboroto.

De eso y más estuvimos hablando en la hora y media que duró la visita, el cual era el máximo tiempo que nos permitan. Mi abuelo me contó muchas cosas que habían pasado. Y que vendría todos los días posibles hasta que fuera el día de mi juicio.

Y así como lo dijo lo cumplió, vino todos los días marcados como visita y me llamaba por teléfono todos los miércoles.

Después de un par de semanas mi madre se enteró de que me estaba viniendo a visitar y aprovecho para pedirle al abuelo que me ayudará a escucharlos ya que se acercaba el juicio y querían estar cerca de mí, y tal como mi madre lo pidió lo hizo mi abuelo, al principio me costó bastante escucharlo, pero no tardó más de cinco días para poder convencerme y aceptar ver a mi familia.

Ese día vinieron todos, mi madre, mi padre, mi tío y mi abuelo. verlos todos reunidos y felices hizo que la Emma fría, y manipuladora se desvaneciera por completo.

Ese día llore demasiado, les pedí perdón por no quererlos ver y por no escucharlos.

Desde ese día en donde vi a mi familia junta, yo dejé de ser la Emma sin sentimientos que había sido por tanto tiempo y volví a ser la Emma que llego el primer día a ese lugar...

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Hola, hola...

Wuuu después un mes y cachito regresé con un nuevo capítulo. Lo siento pero me había quedado sin inspiración para escribir. Por eso es que este capítulo esta narrado de forma diferente. Lo decidí hacer así para hacerlo mas práctico y así fluyera un poco más la inspiración.

¿Les gusta?

Este capítulo es largo (ó eso creo yo) en compensación y los siguientes capítulos también estarán largos y pronto. Ya estoy trabajando en ellos.

Lo sé muchas palabras, ya me  callo.

Besos 💕

-Án.

Atrapame Si Puedes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora