capítulo 9. - "Ultimo día"

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24 horas antes del juicio.

9:00 AM.

Eran las 9:00 am cuando sonó la campana la cual indicaba que era hora de despertar, arreglar el cuarto, hacer la cama e ir a las duchas.

(* * *)

22 horas y 30 minutos antes del juicio.

10:30 AM.

Después de las duchas era la hora del desayuno; me dirigí como cualquier otro día al comedor, tomé mi bandeja y me colé en la fila para poder recibir el insípido desayuno.

Después de pasar la fila me fui a buscar asiento, elegí una mesa donde estaban sentadas algunas miembros de la realeza. Yo no les hablaba mucho, ya que eran nuevas, pero la realeza se debe sentar solo con colegas así que no tenía opción.

Estaba comiendo el huevo revuelto el cual tenía una notoria falta de sal cuando llegó Erika, la reina. Realmente esa niña ya me tenía hasta los cojones.

-Vaya... Rubia, tú último día aquí, ya mañana estarás en juicio-.dijo la menor revolviendo mi cabello; yo ante su tacto hice un movimiento con la cabeza para evitar que me despeinara y desaserme así de su mano.

-Parece que alguien no está de muy buen humor. - soltó con sisaña la rubia.

-Erika, déjame comer en paz-. dije yo con la poca paciencia que me quedaba.

-Ja,ja... Escuchen a Emma-. dijo con sarcasmo la "reina" para con las demás miembros de la realeza.- Emma cariño no porque seas mi segunda significa que me puedes decir que hacer... Además, tu actitud de estas últimas semanas no me gusta nada.Así que tú pequeña gata no me das ordenes, ¿entendido?

Las últimas palabras que dijo Erika acabaron con mi paciencia e hicieron que explotará rompiendo así el pacto que le había hecho a mi abuelo y a mi familia sobre ya no ser mala y no meterme en problemas.-sabes algo Erika...-La encaré- me tienes hasta los cojones y ya no pienso soportarte más. Y otra cosa... ¡Yo le hablo a quién quiera como me dé la gana!- tras gritar mi furia me di media vuelta para poder terminar mi desayuno tranquilamente pero en cuestión de dos segundos mi cara estaba contra la fría mesa de metal del comedor y mi brazo derecho estaba doblado detrás de mí espalda; Erika me estaba haciendo una "llave".

-No sabes lo que estás haciendo perra estúpida, recuerda que fui yo quien te hice lo que eres hoy, yo te enseñé todo lo que sabes, yo te di poder, ¡yo te hice mi segunda! Sin mí no serias más que una pobre perra arrastrándose por un poco de piedad. Tú me debes mucho, así que ¡Pídeme perdón sí no quieres ver mi furia y meterte con el mismísimo demonio!- ladró la menor con furia.

Cuando sentí que Erika soltó un poco su agarre aproveché para darle un golpe con mi pierna e intercambiar las poses. En un par de movimientos ahora yo la tenía a ella sometida contra una columna del comedor.

-Eres estúpida si crees que te voy a pedir perdón, una reina no se humilla ante menores que ella. -solté a la menor y giré sobre mis talones para poder salir de ese lugar, pero nuevamente Erika me volvió a someter.

-Eres una imbécil si crees que eres superior a mí, eres mi segunda, pero eso no significa que estas por arriba de mí.-Erika me dio una patada en la pantorrilla lo cual hizo que me doblara del dolor por lo que caí de rodillas al piso.- la reina sigo siendo yo. -al terminar su oración, la menor me dio un buen empujón por lo que terminé de caer completamente al piso.

Mi ser se llenó de rabia lo cual hizo que me levantara del piso y sacara todo lo que sentía por Erika desde que llegue a este mísero lugar.

La tome por el cabello, e hice que su cara fuera a parar encima de una mesa. debido al acto el accesorio estilo hipster el cual le ayudaba a mejorar su visión salió volando a alguna parte del piso. Repetí la acción varias veces hasta que la solté de golpe, la menor trato de retomar el equilibrio, pero debido a los golpes en la cabeza estaba desorientada, yo aún no estaba conforme por lo que me le tire encima para empezar a golpearla, la menor no se defendía de mi ataque, ya que estaba perdiendo la razón.

Atrapame Si Puedes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora