Capítulo 5

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Nuevas Experiencias.

31 de diciembre, 9:26 p.m.

Suelo estar siempre en casa, escuchando algún audiolibro o algún documental. Aveces incluso salgo de la rutina estudiando con los libros de braille o intentando cocinar algo sin quemar la casa.

Pero hoy sobrepasé ese limite de "no salir de casa"...

Bueno, aun no lo he hecho por estar discutiendo con la señorita mala influencia.

—Ay vamos, Aly.— Suplicó la molesta Grecia. —No es tan malo, además. Debes salir a presumir esas curvas dentro de ese precioso vestido.

—¿Sabes? Sigo teniendo la duda de si eres lesbiana.

—No, nena. Soy bi.

—Pues yo soy hetero, te agradezco que no intentes nada conmigo.— Tenía que ser sincera, no quería malos entendidos.

—Sí, lo sé. —Rió y tiró de mi brazo en un intento de sacarme del cómodo sofá.

—Deja de intentarlo, no me vas a sacar a la fuerza.

Bueno, al final sí lo logró, ¿A quién quiero engañar? Soy muy débil después de todo...

Luego de que lograse convencer a mi terca cabecilla, llamó a alguien de nombre Samuel y estuvimos esperando un largo tiempo —A mi parecer — hasta que él llegó.

Un motor se escuchaba fuera de casa, un motor bastante ruidoso y fuerte que rugía llamando la atención de Grecia, la cual me arrastró —Bueno, no fue tan exagerado porque yo cedí y fuimos caminando de lo más tranquilas.— hasta hacerme salir de la casa. Luego notó que las llaves se habían quedado adentro y también notó una ventana abierta, por lo cual entró en ella tomó las llaves y salió nuevamente con constantes gritos por parte del chico pidiendo que acelerase el "maldito" paso.

Luego de unos cuantos insultos por parte de ambos, entré a la parte trasera del auto con ayuda de Grecia, la cual cuidaba que no me golpease con nada.

Ella subió a mi lado e inició una especie de presentación.

—Hermano adorado... —Inició ella con su sarcasmo raro.— Te presento a mi querida amiga Allysa. Dile Ally. —Sentí como tomó mi mano y la alzó a una dirección a la cual no puedo asegurar cual era realmente.

¡Oh, claro!. Directo al ojo del señor hombre desconocido con muchas pestañas.

Sí, lo noté cuando cerró con fuerza su ojo y sus pestañas rozaron con mi dedo.

Vaya manera de conocer personas.

—¡JAJAJAJAJAJA!—Carcajeó con fuerza la ruidosa a mi lado mientras su hermano se quejaba en su nombre. —Y... JAJA... Bueno, él... Él es Samuel, mi hermano mayor.

Esta chiquilla no sabe mantener su boca cerrada. Su risa va a recorrer todo México y parte de Estados Unidos seguramente.

—Mucho gusto, Ally. Lamento que tengas a Grecia como amiga.—Empezó Samuel con su voz grave y suave a la vez. —Puedes decirme como quieras. Ahora vamos a la fiesta de fin de año que tienen esos p*ndejos preparada para nosotros.

Creo que comparten ese lenguaje obsceno.

Cosas de hermanos.

Luego de unos minutos largos y cansados, llegamos a la tan nombrada fiesta.

¿Cómo me di cuenta?

Había más ruido que oxigeno...

—C*rajo... ¡Esto está para morirse!—Dijeron ambos hermanos a la vez, lo cual me hizo removerme incomoda en el asiento.

Aun no me acostumbro a socializar con desconocidos.

—Vamos, vamos. No quiero perderme un segundo más. —Pidió la alocada que empezaba a sacarme del auto casi a patadas.

—Pareces una gata en celo, Grecia. —Se burló el hermano del ser anómalo que me había traído. —No vayas a dejar a tu amiga sola por un chamaco, sabes lo que pasó el año pasado.

¿El año pasado?... Esto se va a poner bueno.

—No hables así de Carlos, sí lo conocía y era un buen amigo. —Parecía un poco enfadada, debo admitirlo —No es mi culpa que tú seas un metiche y estés entrando a habitaciones en los momentos menos adecuados.

Creo que se acerca una tormenta... Mejor buscó un techo para refugiarme, no quiero salir herida también.

...

"Los rugidos del cielo no pueden compararse a las sentellas que pueden producir unas pocas miradas dentro de nosotros."

BlueBrooks.

El Tacto de Sus OjosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora