Capítulo 6

10 2 0
                                    

Ellos siguen aquí.

31 de diciembre. -Continuación-

En pocos minutos pudimos entrar al aparentemente espacioso lugar. El ruido retumba en mis tímpanos, haciendo éstos temblar de pavor por ésta nueva experiencia sonora.

Luego de una larga caminata, Grecia me indica donde sentarme y empieza con su nada adorable parloteo.

-Hey, Aly. Te informo que te has robado la mirada de medio universo. - Comenta al séntarse a mi lado, a la vez que su hermano parece haber desaparecido repentinamente.- Estás en tendencias. -Supongo que era un chiste... Pero creo que no lo comprendí.

Suelto una risa falsa.- Claro... ¿Siempre es así de ruidoso? No puedo diferenciar bien si hay personas cerca o no... -Lo Admito, esta enloqueciendome la potencia de los altavoces.

- Bueno... -Inició mientras ponía una mano en mi hombro.- Te informo que mi querido hermano se fue y parece que le agradas. -Rió y yo solo pude golpear su pierna.- ¡Hey!, no lo decía en ese sentido.

- Claro, me lo dices tú, Grecia. -Río amargamente y siento un poco de sed aparecer.- ¿Aquí hay agua? Tengo sed...

Escucho una sonora carcajada que llegaba a hacerse más alta que la música reproducida por las cajas de música que debieron salir caras- Linda, aquí solo hay alcohol. ¿Quieres vino? Creo que es bueno para comenzar el año.

- De ninguna manera...

- ¡Hey, apuesto barman! -Llamó la psicópata como si conociese al hombre de toda la vida.- ¡Un tequila y uno mezclado!

- Espero que eso sea para ti y para tu hermano... -Comento, apostando que diría lo contrario, pues era Grecia, predecible e impredecible a la vez. Y lo sé, es contradictorio, pero así es ella.

- Con que mi hermano... -Pude sentir en su voz, una emoción diferente, parecía curiosa y... No lo sé, pero podría apostar a que a eso se le llama ser coqueta.- ¿Te gusta él? -Ay no, ¿Alguien me presta una escoba? Necesito limpiar un poco la empolvada cabeza de Grecia.

- Grecia, ¿Cómo piensas que me puede gustar alguien con quien apenas he intercambiado unas cuantas palabras? -Mi tono de voz se puso un poco más agudo por la indignación, supongo.

- Bueno, podrá ser un imbécil y todo, pero no negaré que puede verse atractivo para otras chicas. -Siguió con ese tono de voz que empezaba a asustarme, pero claramente me indignó lo que ella había dicho.

- Grecia. Permiteme recordarte que no puedo ver lo que tu llamas "el atractivo" de tu hermano. -Carraspeo un par de veces y noto como ella se queda muda y luego da una risa infantil.

- ¿Me perdonas? -Ahora su tono era dulce, lo cual fue adorablemente espeluznante.- ¿Por favor?

- Sí, sí... Solo... -Creo que una de las actividades favoritas de Grecia es interrumpir a las personas a su al rededor.

- Bueno, ya llegaron nuestras bebidas. ¡Gracias, Edgar! -Okay, me voy a asustar a partir de éste momento. ¿Está chica conoce a todos?- Haremos lo siguiente. Beberas un poco y luego... Iremos a la pista.- Hice una deformación en mi rostro por aquello.

- Lamento llevarte la contraria, pero... No creo que sea buena idea beber. -Murmuro, aunque no debe contarse como murmullo pues fue bastante alto debido a la música.

- Mi hermano nos va a llevar, el no bebe cuando viene conmigo. Relajate, no será tan malo. -Sentí su mano en mi hombro y suspiré, pensando que quizás no sería tan mala idea. Claro, esto sin saber lo que me tocaría el día de hoy.

Mis manos sostuvieron lo que parecía ser una copa con forma de aguacate o pera, o eso es como yo lo percibí.

Entonces, subí el frio cristal hasta mis labios, bebiendo un poco de lo que ardería en mi garganta como si una mano con uñas afiladas acariciase "sutilmente" mi garganta hasta llegar a mi estómago.

- ¿Se supone que debe arder? -Mi voz ahora parecía estar susurrando, y seguido de ésto solo podía escuchar mi tos y la risa de mi compañera por sobre la música.

- ¡Muy bien, conejita! -Exclamó con euforia y emoción, como si hubiese presenciado algo impresionante e inigualable.

Y no piensen que no noté el ridículo apodo que acababa de decirme.

- ¿Conejita? -Nop, esa no fui yo, ese era... No tampoco era su hermano. A éste chico no lo conozco. Y no debo dejar pasar por alto que lo dijo en tono de broma.

- ¡Hola, Cris! -Listo, sabemos la identidad de éste nuevo individuo. Gracias Grecia, te debo una.- Mira, te presento a mi adorable amiga, Alyssa.

"Ti prisinti I mi idiribli imigi Ilissi"

¿Tengo la opción de odiarla y huir?

Lamentablemente no.

- Hola, soy Cristian, pero puedes decirme Cris. -Bueno, tiene mucha confianza... No digo que sea malo, pero tiene algo que no me agrada.

- Mi nombre es Alyssa, y no tengo un apodo realmente. -Era obvio que estaba mintiendo, solo intentaba no darle demasiada información, entonces bebí nuevamente de la copa, olvidando por completo que no era agua.

- ¿Estás bien? -Claramente a Grecia le hacía gracia, pero debía preocuparse así sea mínimamente de que no muriese en el intento.

- Sí, solo tosia porque me dieron ganas de toser, gracias por preocuparte. -Mi tono de voz pareció enfadarse con Grecia, pues en realidad yo quería hacerlo como broma, entonces el chico intervino para salvar a Grecia de un asesinato vocal o algo por el estilo.

23:31. A media hora de año nuevo

¿Alguna vez se han sentido perdidos pero en el buen sentido? Quiero decir; ¿Han sentido que vuelan aún estando en tierra?

Lamento decir que estoy ebria, o bueno, eso parece.

No sé donde estoy, por obvias razones.

No sé donde están los demás.

No sé con quién estoy.

Solo sé que perdí la cabeza en algún momento de la reunión, al igual que perdí a mi demonio disfrazado de ángel guía.

Lo peor es que siento que las sombras están aquí, o al menos una de ellas.

Y no pretende irse.

...

"Angeles caídos, demonios que dejan la cuna, o como les quieran llamar. Esos nos siguen y vigilan mientras nos encargamos de hacer nuestra vida más fácil de llevar... Maldición, que gran tormenta hace hoy."

Bluebrooks.

El Tacto de Sus OjosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora