1.

57 2 0
                                    

<<Así es, dejo la ciudad que me vio crecer, mi infancia, mis recuerdos todos allí dejándolos atrás>>, pensé mientras miraba mi habitación, empacando mis cosas, lagrimas se avecinaban, y  mi memoria jamás los olvidaría limpié  mis lagrimas que brotaban de mis ojos y empaqué mi último atuendo de mi armario siendo así cerré la puerta.

Sarah y Jacob me esperaban en la sala, estaban sentados con semblante triste y desanimado al bajar me vieron se levantaron y me dieron un fuerte abrazo empezamos a llorar, fue lo mas triste que sentí y viví en toda mi vida, nos separamos nos secamos las lagrimas. Me sentía demasiado abrumada mi corazón acongojado de dejar todas mis cosas aquí.

Sarah es mi mejor amiga, tiene 17 años, su piel blanca, su cabello rubio ondulado, su estatura alta  y cuerpo esbelto usaba un vestido azul claro corto y zapatillas blancas. Ella ha sido esa amiga confidencial desde mi infancia, crecimos juntas esta noticia de última hora me partió el corazón.

  -Te llamaré todos los días, dijo dándome una sonrisa triste. Me dio un collage de fotos desde niñas lo que me hizo derramar algunas lagrimas, así que la abracé.  

 - Yo igual, no me olvides te quiero demasiado, me hizo una mueca triste.  

Jacob es mi amigo y vecino de mi infancia, los tres nos hicimos muy unidos, compartíamos todo, las aventuras, las travesuras todo se me vino a mi mente, demasiados flashbacks que mis ojos se saturaron de lagrimas al verlos.  Jac como suelo llamarlo sus ojos color azul que me encantaban, tenía un cabello color marrón oscuro, su piel blanca y su altura, cuerpo demasiado lindo para su edad, él es como mi hermano mayor tiene 19 años  lo extrañaré demasiado.

Jac se acercó entregándome su saco favorito color gris, una manilla que compró en la feria de artesanía que llevaba nuestra iniciales de nuestros nombres y un enorme oso de peluche, siempre fue detallista conmigo. Yo solo sonreí con lagrimas rodando por mis mejillas y lo abracé muy fuerte.

-No me olvides pequeña sabes que nunca te olvidaré, dijo acariciando mi cabello.

Lo miré y asentí, de mi garganta no salía ni una palabra no podía tenía un rollo o un nudo que me lo impedía. Me despegué y le di un suave beso en su mejilla.

Mi madre con quién voy a vivir en París ya estaba llevando las últimas valijas, cuando entró en la sala, dijo que teníamos que irnos. Mi padre con lagrimas en sus ojos se despidió de mi y me dio una foto de nosotros enmarcada, estábamos en el parque de Central Park comiendo helado. Otro flashback regresó a mi mente solo lo abracé y me dio un beso en mi cien.

-Adiós, te amo-dijo dándome un beso.



Una Historia de Amor en ParísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora