Capítulo 5

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Para: LHolland96

Corre, escóndete, no hables, mantente en la línea, no levantes la mano en más de una ocasión, así tengas la respuesta, no bajes la mirada, tampoco la mantengas, trata de sobrevivir sin todo el instituto encima tuyo.

Lo hacía bien, había conseguido llegar hasta el último año soportando idiotas... hasta que cayó la gota que derramó el vaso. 

Delante mío, el trabajo por el que me deshice durante meses, acompañado de mi tesis hecha cenizas estaba sobre el bote de basura metálico, que había quedado un tanto tiznado por las llamas. 

-¿Que paso aqui? - pregunte sin voz, con un nudo en el estómago, no había copias, no había repuestos, prácticamente lo había perdido todo-. 

-¡Fueron esos malditos drogadictos de la elite!- grito Finn furioso, llamando mi atención, aumentando más mi furia al notar como estaba tirado en el suelo con  la sangre bajando de su nariz y su frente, no les había bastado con jodernos la vida, si no que tambien le habían hecho daño-. 

-Suficiente, pagaran por esto- dije firme sintiendo mis manos tambaleantes por la rabia mientras un plan se formulaba en mi mente, lo tenía- Alice,  necesito tu drive- la pelinegra me miró confundida, agachándose hasta tomar su mochila, sacando su pequeña memoria azulada con puntos de plumón negro-. 

Para mi suerte y para el bien de mi plan, el salón de música en el que nos encontrábamos era el más antiguo de todos, en la puerta de entrada descansaban varios cables, de los cuales rápidamente me encargue, cortandolos, pelandolos, dejándolos a la intemperie. 

-¡¿Clarissa que estás haciendo?!- preguntó aterrado Finn, limpiándose la sangre con su suéter azul rey, dejándolo ligeramente manchado, mientras miraba como seguía los cables hasta el toma corriente-. 

-Destornillador, Alice- mi amiga rapidamente corrió al otro extremo de la habitación, alcanzando la caja de herramientas, fascinada por mi determinación- ¿quieren quemar cosas? bien, sus deseos son órdenes-. 

-¿Los vas a freir vivos? esto es emocionante- dijo con emoción la chica de ojos marrones, intentando comprender porque movía los cables del tomacorrientes-. 

-¡¿Estas loca?! ¡Este tipo de cosas son las que no debemos hacer, nos estas metiendo en la boca del lobo, Clarissa!- Finn estaba completamente pálido a pesar de su tez morena-. 

-El drive- dije ignorándolo por completo, mientras jugaba con el drive en mis dedos hasta llegar a la laptop antigua y mal arreglada en el escritorio- Natación, les toca natación- sonreí satisfecha, todo me estaba saliendo extraordinariamente bien-. 

-Clarissa- me llamo molesto Finn, que rapidamente fue ignorado también por Alice, que se colocó a mi lado, leyendo el horario del quinteto de idiotas de la elite- no alimentes a las bestias, debemos hacer lo contrario-. 

-Todo listo, debo irme- mire mi reloj de muñeca que marcaba las doce cuarenta y cinco, faltaban escasos cinco minutos para que salieran de sus clases, cinco escasos minutos para que comenzara mi venganza, Finn tenía razón, muy en el fondo lo sabía, pero ya estaba lo suficientemente cansada, les enseñaria lo peligroso que puede llegar a ser una pequeña chispa si se le fuerza demasiado-. 

-¡Clarissa!- me gritó exasperado Finn golpeándome con su suéter  cuando intente pasar a su lado-. 

- ¡No Finn, no nos vamos a quedar de brazos cruzados, lo hemos hecho durante años, bajo la esperanza de que tal vez pararian y no lo hicieron, estamos en esta situación porque nosotros lo permitimos, debemos demostrarles que toda acción tiene una reacción de igual magnitud y fuerza!- le grité perdiendo los estribos, acercándome amenazante hacia él, le sacaba al menos una cabeza y la diferencia de altura era aún más notable por la forma en que se recorrió asustado hasta quedar inclinado sobre una mesa-. 

One Shots: Te Regalo Una Vida (Tom Holland y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora