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El frío de la mañana era suave, cual manto que cubre el ambiente. Era una frescura que era altamente bienvenida por aquel par de hermanos, los dos caminaban por un parque poco transitado a tan temprana hora del día, después de todo no quería armar un alboroto por su presencia.

Una mañana fresca, con una brisa ligera y poco húmeda que lleva consigo cualquier atisbo de sueño, aunque siendo que ellos iban directo a un encuentro ya tan anhelado por ellos, solo les daba una ligera relajación de tanta emocion que embargo a la gemela mayor; Sādashi que aunque intentase negarlo una y otra vez, le emocionaba tanto volver a ver los a todos... No había palabras para describir la felicidad que poco a poco recorría su pecho impulsando sus latidos a enloquecer en segundos y mucho menos el torrente de recuerdos que embargaban su mente al logra ver a tan solo unos metros  frente suyo al trío de paletos.

Oh por los Dioses tantas cosas que le venían a la mente, tantos recuerdos preciosos y cálidos qué animaban su alma entera a continuar, aquellos tres qué le podían sacar canas verdes con tan solo su respirar pero que inevitablemente habían sido la salvación de su hermano en su infancia. Ellos eran así.

—¡Oye Fujoshi acosadora! —grito a la lejania un peliplateado con burla en su tono de voz— ¡Apresura el paso!. O ¡¿Acaso la edad te esta afectando ya abuela?!

El par de hermanos tuvo diferentes reacciones ante el llamado y reto en gritos del peliplateado que desde unos metros adelante les llamaba. Enji no pudo hacer más que sonreir disimuladamente cuando pudo observar como su hermana corría directo a taclear a su amigo.

Aquella acción la recordaba tanto a  su infancia y adolescencia, podía pensar con seguridad y sin miedo a equivocarse qué era su extraña forma de decirse cuanto se querían. Enji aceptaba qué inevitablemente ellos habían sido su salvación hacia ya mucho años atrás, sin lugar a dudas algunos hábitos jamás cambiarían e  interiormente pedía que no fuese así. Así los apreciaba con todo y sus extravagantes actitudes, así era.

¿¡Que me dijiste engendro del  demonio!? —exclamó con voz colerica la pelirroja sujetando al suelo al peliplata que le había llamado de aquella forma. Sādashi no aplicaba verdadera fuerza solo le sujetaba y trataba de no llorar de alegría, aquel torrente desconocido de sentimientos le atacan con violencia y por ello lo demostraba a su muy peculiar y agresiva manera— ¡Repitelo si tienes pelotas!

Los forcejeos débiles y sin fuerza dieron inicio entre la Todoroki y el Fukishima, los dos sin importarles que estaban en un parque público y podrían hacerse daño, pero más que nada solo era un juego sin fuerza alguna.

Un juego sin fin que traía Recuerdos cálidos y con ella la tan afamada nostalgia, aquella qué traía de la mano una infinidad de memorias envueltas en polvo y olvido por descuido para que después de años de encierro conocieran la luz de nuevo. Lo merecían.

Quizás los dos querían recordar aquellos momentos de antaño, donde solo se preocupaban de quien ganaba en unas luchas improvisadas y de que no se les olvidara la tarea.

Una época tan linda sin responsabilidad mayor, tan solo dedicada a formar recuerdos con amigos. Una infancia buena, clara y sin dolor... Hasta que todo cambio.

En tanto la pelea y discusión seguía su rumbo, los más calmados con alegría y felicidad pura saludaban con un fuerte abrazo al actual héroe N°1, dedicándole unas cuantas palabras de apoyo que aunque fuesen pocas y cortas para el héroe eran suficientes, sin lugar a dudas esas amistades desde infancia eran lazos irrompibles.

—me alegra mucho que hayas venido Enji —saluda Ino con alegría en su voz y lenguaje corporal, ella sonríe sin inhibición alguna mostrando sus emociones volando por el aire— y que hayas logrado sacar de la cama a tu hermana.

El aludido se limitó a asentir en afirmación ante la declaración implícita dada por Ino, sabe desde sus cinco años que Sadāshi tenía un sueño pesado y era toda una odisea el despertarle.

—sinceramente es un milagro que la haya despertado —acepta sin prestarle mucha atención a lo anteriormente dicho— pero aquí estamos, eso es lo que importa ¿No es así?.

Aquel tono casual e incluso jovial en la voz del actual héroe N°1 logro qué el alivio se instalará en los dos, se alegraba qué su amigo de toda la vida estuviese bien por fin.

Un hombre que lucho por su mejoría tenia derecho a un descanso, y ellos se lo otorgarán sin miramientos alguno. Solo una tarde entre viejos amigos, hermanos sin lazos de sangre.

—así es, eso importa —se une el de orbes cobres que a esa hora del día vestia menos formal y con aires casuales siendo que todos habían acordado ese día por su descanso— siempre es un placer pasar tiempo con amigos tan buenos como ustedes.

Enji no puede estar menos de acuerdo con su amigo, pero antes de poder decir algo su hermana se lanza sobre Ino envolviendola entre sus brazos con fuerza casi descomunal, piensa que de ser seguro le romperá algunas costillas pero lo descarta cuando escucha las risas agudas y curiosas de las dos. Siempre desde que tania memoria la risa de Ino era curiosa y aguada, en aquel entonces lo asocio con los cambios que el ser humano sufría pero no, sencillamente así era la risa de Ino. Y en cuanto a la de su hermana siempre habia escuchado a su alrededor qué era como la típica risa de villana qué todos le decían sin embargo el pensaba y pinceladas nsa diferente, la risa de su hermana podía ser escandalosa y fuerte abrazando todo el ambiente pero asimismo podía ser floja y sin malicia alguna, una risa seca empero leugo venía la qué mas escuchaba; la sincera.

Un encuentro necesario para el grupo de amigos, que ya necesitaban de esos maltratos amorosos de la gemela mayor. Adoraban esos abrazos bruscos, las platicas con ella y su compañía en si.

Una amistad que contra viento y marea lucho, con los años lidio y por fin se unió aún más. Aun de adultos ahí seguía, permanecerá y jamas pereceria.

—se ríen como puercos —dice Kanzaki levantándose del suelo ocultándose a tiempo detrás de Enji y Sora.

El peligro tiene nombre; Sadāshi Todoroki.

—más te vale que corras aborto de la vida

En tan sólo segundos el par de nuevo comenzó su pelea matutina siendo seguidos de cerca por Sora, Ino y Enji qué sé enfrascaron en un silencio cómodo ya qué no hacían falta, la sola compañía de amigos era suficiente.

Ese día pintaba para hacer memorias...

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⏰ Última actualización: Jan 27, 2019 ⏰

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