007.

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007: División.

Malu.

Después de que todos aceptamos seguir tres meses con el reality, porque no nos quedaba de otra, nos mandaron a hacer una sesión de fotos para las revistas que querían nuestra imagen.

Ya era el día de la sesión y todas las demás estaban muy estresadas, faltaba una hora y media para que llegarán los fotógrafos; yo estaba con los chicos jugando en el Play mientras mis amigas se seguían arreglando.

—¡Marica, no encuentro mi rimel, me voy a morir!— Jordy pegó semerendo grito casi llorando.

—¡Estúpida, está en el bolso grande azul!— Le grité mientras le ganaba la partida a Micro y escuchaba un "Gracias" de Jordy, se escuchaba como si se hubiera salvado de la muerte. —¡Por nada, amiga! Rescata Micro.

—Maldita, eres demasiado buena jugando—, pareciera que Micro iba a llorar.

—Ay, no llores bebito— Le dije riendo.

—Marico ¿cuánto les falta? qué desesperante es verlas gritando y corriendo por todos lados como si se las van a matar— Dijo Adso.

—Ellas son así, ellas son así— Dije suspirando y negando con la cabeza mientras las veía.

—¡Pero así nos amas!— Gritó Evon desde su habitación.

—¡Claro que sí!— Respondí.

—Ven— Me dijo Gustavo tomándome de la mano para llevarme a la azotea, obvio fui.

—¿Para qué me traes aquí?— Pregunté apoyada del barandal viendo el mar.

—¿Cómo te sientes después de lo del video?— Preguntó muy serio.

Rodé los ojos y bufé ¿En serio? ¿Eso? Ese video no me interesó en nada, es televisión; siempre dirán una mentira que explote el internet y pondrán algo demás para obtener el mismo resultado.

—¿Es en serio, Gustavo? Olvidemos ese video y ya.

—Mal, Mal, es que no. No puedo olvidarlo, siento que es mucho que te vean así cuando eres una chica que se cuida, es mucho par...— Se calló rápidamente.

—¿Mucho para? ¿¡Mucho para mí!? ¿¡Eso piensas!?— Ok, no me gustó que dijera eso.

—¡No! O sea, sí pero o sea, ash— No sabía ni qué decir.

—Claro, es mucho para mí porque soy una niña ¿No?, porque no estoy acostumbrada a andar mostrando todo ni a andar acostandome con famosos ¿No?— Intentó hablar pero no dejé. —Vete a la mierda, Gustavo. No puedo creer que pensé que sentía algo por ti.

—¡Mal, espera!— Me gritó pero yo me fui rápido sin hacerle caso y entré de nuevo a la casa, estaba demasiado arrecha.

—Wepa, ¿Qué te pasa, amiga?— Me preguntó Vivían y eso hizo que los demás me voltearan a ver.

—Nada, esperaré en mi habitación, me llaman cuando llegue la gente esa— Me fui a mi habitación.

Estando ahí, pensé; Gustavo de verdad se atrevió a decir eso de mí ¿Y si en realidad todos me ven así? ¿Cómo una niñita? No, debía probar que era más que eso, debo hacerlo. Les mostraré a todos que puedo ser una mujer de verdad.

10 jóvenes, 1 casa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora