Capitulo XXII

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New York, Estados Unidos.

Narra Anabel:

-Pues, como seguía diciendo... la chica con la qué me viste saliendo es mi ex-novia- dijo él con más tranquilidad.

Giré la cara hacia el otro lado para toser fuertemente:

-Anabel, ¿te encuentras bien? - preguntó con cara de preocupación hacia mí a lo que respondí asintiendo la cabeza.

-Es que... me parece muy sorprendente que tú estés hablando con alguien de tu pasado, es algo muy fuerte- comenté.

-No te preocupes por mí. Por favor continua con lo que tienes qué decir...- dije cuando terminé de toser para tomar una bocanada de aire.

- ¿Puedo continuar? - preguntó y afirmé con la cabeza.

-Ok, su nombre es Alexia y terminamos por...- dijo y suspiro profundo.

- ¿Por...? - pregunté para qué él me siguiera contando.

-Es algo muy fuerte lo que vas a escuchar, pero aquí voy. Ella tenía como amante a mi propio hermano- agregó.

Abrí los ojos como platos y empecé a toser más fuerte.

- ¡Oh, oh!... Ten y toma algo de agua, creo que lo necesitarás- dijo mientras me pasaba otra botella de agua.

Agarré la botella para tomar un poco del preciado líquido. Al terminar de beber, tomé una bocanada de aire y exclamé:

- ¡Dios santo, que poca dignidad y vergüenza tiene!

-Ni lo menciones, es más, ella es actualmente es la novia de mi hermano. Tengo que llevarme bien con ella porque siempre visitan la casa de mi primo (en dónde vivo) a jugar dos veces a la semana- dijo con seriedad.

- Madre mía, qué asco y creo que voy a vomitar - dije y él me miró con una mueca de asco que me provocó risa.

-Es una broma, ¿sabes? - indiqué y seguí riéndome.

-Debes de ver tú cara- añadí.

- Ah, ahora estoy más tranquilo - dijo y soltó una pequeña risa.

-Qué bonita risa tienes- le lancé un cumplido.

-Ehm, gracias. La mera verdad, no me gusta realmente mi "bonita risa"- puso en dudas lo que dije.

-Ah, pensé que te ofendiste- dije seriamente.

-No, claro que no- dijo

Miro que algo raro pasaba a mis espaldas:

-Oye, mira a tus espaldas. ¿Esa no es tu tía la que se está yendo a pie? – señaló Raphael para que me volteara a ver.

Miré fijamente. Efectivamente, es mi tía con una mochila a cuestas saliendo del edificio.

A mí solo me faltaba cruzar la calle para acercarme a la puerta principal.

Seguía mirando fijamente y en mi cabeza empezó a dar vueltas esta pregunta: ¿a dónde iría mi tía a estas horas?

Cada vez me daba cuenta que ella siempre sale de noche y se aseguraba de cerrar fuertemente la puerta. Yo me quedo sola en el apartamento hasta el amanecer es que es cuando regresa. Todo esto es muy extraño y muy confuso para mí.

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⏰ Última actualización: Feb 26 ⏰

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