Barrio de Santa María, República Dominicana
(Anabel contaba con 6 años de edad)
Narrador Omnisciente:
(Flashback)
Pasaba el tiempo y Anabel creció un poco. Hace dos años, Alonso murió de cáncer y ella como tal entiende poco el significado de la muerte y de lo que siente una persona cuando pierde a un ser querido. Siempre le preguntaba con mucha ternura e inocencia a su madre que dónde él está y por qué no ha vuelto a casa y la única respuesta que le daba Mariela es: "Se fue al cielo, mi niña. Se fue al cielo".
Meses atrás, Mariela conoció a quién se convirtió en el padrastro de Anabel: Luis Rodríguez. Luis es una persona de clase media que fue criado por su madre soltera ya que su padre lo abandonó cuando tenía 8 y nunca lo reconoció. Tiene 35 años de edad, piel blanca, 1.68 de estatura, ojos marrones, cabello negro y cuerpo fornido.
Se conocieron justo cuando Mariela acudía al mercado como de costumbre para comprar provisiones. Después de unas semanas teniendo citas, decidieron empezar una relación. Al poco tiempo, se casaron y Luis se asentó en la casa de la familia Castillo. Al final el ''hombre perfecto'' que Mariela cree que es Luis, es todo lo opuesto. Ustedes verán lo que sucede en esta parte narrada por la pequeña Anabel.
Narra Anabel (flashback):
Pues sí, yo tengo 6 años y hace dos falleció mi papá. Si, lo sé, soy pequeña para entender eso. Cada vez que le preguntaba a mi madre sobre él, lo único que me decía es que "se fue al cielo". Lo extraño mucho. Siempre pienso en él desde que me regaló el collar de la virgencita. Nunca me lo quitó por nada del mundo ya que su presencia sigue aquí junto a mí, aunque no esté físicamente.
Mi madre se casó con Luis, mi padrastro. Desde ese momento, él vive en la casa como un miembro más de la ''familia''. Lo pongo entre comillas porque para serles honesta, él me da mucha mala espina porque desde que llegó a la casa, ha estado comportándose de manera extraña conmigo.
Por otro lado, me tocaba ir a clases hoy lunes 24 de febrero del 2003. Lleva por nombre ''Escuela Básica La Altagracia'' y es pública. Esta queda unos metros cerca de mi hogar y todos los estudiantes salen a las 4:00 de la tarde.
Cielos, estoy nerviosa porque es mi primer día. Me vestí con mi camisa azul y falda negra fina acorde al código de vestir. Al llegar a la escuela me quedé observando detenidamente los altos edificios de color blanco con azul ultramar. Todo esto lo hacía mientras caminaba en busca de mi aula. Ah, por cierto, estoy en primer curso (nivel primario).
Al entrar a mi aula conocí a quienes serán mis compañeritos y mis maestros por un año completo. Mis profesores eran muy buenos y amorosos, pero si te comportabas mal, te castigaban mandándote a hincar encima de una silla fea (risas).
Yo con ellos entendía todo lo que me explicaban y al terminar, colocaban una pequeña práctica en donde siempre sacaba 20, que inteligente soy, ¿no? (risas). En fin, que les digo, me sentí a gusto y estaba muy feliz, esa felicidad que nunca he vuelto a sentir desde que papá se fue al cielo.
Las horas pasaban entre clases y recesos. Por fin el reloj marcaba las 4:00 PM y mis profesores no dejaron tareas. Regrese a casa y adivinen quién me abrió la puerta, Luis. La mera verdad esperaba a que me abriera mi madre:
-Ehm, tú madre se fue al mercado así que estamos solos tú y yo- dijo con mala intención.
-Ok. Gracias por abrirme la puerta- dije muy incómoda.
Luis se sentó en el sofá y yo por igual. Decidí poner en la TV mis dibujos animados favoritos. Él aprovechó ese momento que estaba bien concentrada observando la pantalla para levantar mi falda y comenzar a manosearme:
- ¿Por qué haces eso? - pregunté dudosa.
-Es que... aghhh, ¿ni siquiera quieres que te de cariño?, ¿estás muy distante conmigo eh? - preguntó Luis con mucha "inocencia".
Volvió este a su posición normal. Llegó Mami del mercado con muchísimas fundas y yo por inercia propia me paré a ayudarla. Ella, desde el primer momento que llegó Luis a la casa, no me daba un beso o un abrazo ni tampoco me preguntaba cómo me fue en la escuela. De ser alguien amorosa y atenta pasó a ser una madre fría y distante.
Después de ayudarla a sacar y organizar todo lo que mi madre trajo, me aburrí de ver mis dibujos animados y decidí subir a mi cuarto para quitarme la ropa de la escuela. En ese momento me puse triste por la forma en como mi madre me trató. Nadie se daba cuenta de ello ni siquiera Luis y mami. Tomé un fuerte baño, salí y me coloqué mi vestido favorito color violeta para salir a jugar con mis amigas del barrio.
Al caer la noche, todas regresaron a sus casas incluyéndome porque estábamos muy cansadas. Corrimos mucho jugando a las escondidas y a saltar la cuerda en la calle sucia y peligrosa. Gracias a ella, yo me ensucié y con mucha emoción lo digo (risas) Subí corriendo toda sucia las escaleras para bañarme otra vez. Minutos después todos nos sentamos para cenar.
En la mesa nadie hablaba. Todo era un silencio sepulcral parecido a los cementerios. Siempre que quería decir algo, mi madre me miraba con una mueca de desagrado y yo agachaba mi cabeza de la vergüenza. Terminé hasta saciarme y justo cuando me dirigía a mi cuarto, ella me detuvo:
- ¡Anabel, ven a colocar la silla en su puesto y el plato en el lavabo ya mismo! - me regaño.
Hice lo que me pidió con mucho miedo. Al final dijo un simple "¡Gracias!" con cara dura. Subí nuevamente las escaleras para ir a dormir no sin antes cepillarme mis dientes y escuchar a Luis anunciar que se iba al bar que quedaba a 2 horas. Nunca se iba sin antes decir que "regresará más tarde".
Oh sí, se me olvidaba decirles: él es un alcohólico. A la mañana siguiente llegaba borracho y mi madre como tonta y ciega que es, nunca le reclamaba nada sobre dejar de tomar. Simplemente asentía con la cabeza y se iba a dormir. ¡Dios perdóname!
En ese momento esperaba a que ella abriera la puerta de mi habitación y me dijese: "¡Buenas Noches mi niña, dulces sueños!" con un beso de despedida en mi cabeza, pero nunca pasó. Al final, me acosté derramando lágrimas sobre mi almohada hasta caer profundamente dormida.
Hubiese deseado quenada de esto hubiese pasado. Quisiera que mi papá estuviese a mi lado con vidajunto a mi mamá para volver a estar juntos, unidos y felices como lo que somos: unafamilia... la familia Castillo. Por desgracia eso jamás sucederá y solo me resigno conrecordarlo cada día.
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Una Vida Joven Hecha Pedazos
Novela Juvenil"El dolor y sufrimiento hicieron de mi, una vida joven hecha pedazos". Anabel Castillo es una joven nacida y criada en un barrio pobre y humilde de la República Dominicana cuya vida da un giro de 180 grados tras perder a su padre Alonso Castillo. Fu...