Me llamo ____ Martinez, no soy la tipica chica rubia con ojos celestes, aunque si soy rubia con ojos grises, no soy una princesa ni nada parecido. Soy argentina, tengo 17 años, voy a cumplir 18 en unas semanas, robo cosas no muy grandes solo comida...
Me desperte y seguia siendo de noche. Cuando me di cuenta no estaba en mi casa y mucho menos en mi habitacion, luego me acorde que estaba en la casa de ____ con ella en mis brazos. Los dos nos quedamos dormidos viendo El Clan, mi pelicula favorita y la de Martinez tambien, estabamos muy incomodos asi que la agarre como si fuera una princesa, que para si misma no lo era, pero en mis ojos si. Subi al piso de arriba y fui abriendo puerta por puerta, como podia hasta dar con la de ____ que fue facil de reconocer porque tenia su estilo. Las paredes llenas de poster de bandas argentina del siglo pasado y fotos de ella misma con pibes y pibas, ademas de un equipo de musica. La cama era grande asi que entrariamos los dos, la deje suavemente sobre esta, no queria despertarla, le saque las zapatillas y yo hice lo mismo conmigo, me acoste y la acurruque en mi pecho, se empezo a acomodar pero no se desperto.
Me quede contemplando a la hermosa chica a mi lado, en un poco mas de una semana consiguió volverme loco y que piense todo el dia en ella. Despues de unos minutos de pensar y mirarla me quede dormido mientras sonreia por tenerla conmigo.
Me desperte, me removi un poco antes de abrir los ojos pero no pude hacerlo mucho ya que algo me estaba agarrando la cintura: la mano de Toto. Me di cuenta que estaba en mi habitacion y nosotros nos dormimos en el sillon, supongo que me habra llevado. Despues de unos minutos viendo al extraño de pelo largo, abrio sus ojos cafés y me miro con ellos.
-Hola-Susurra mientras me sonrie.
-Hola-Le conteste- ¿Como dormiste?
-Muy bien ¿y vos?
-Perfecto.
Me dio un beso en los labios y yo lo segui, pero cuando falto el aire nos separamos y aproveche a preguntarle.
-Toto-Lo llame y el solo hizo un sonido para que yo sepa que estaba prestando atencion-¿Que somos nosotros?
-No se, ¿Vos que queres ser?
-Emm... Creo que deberiamos esperar un poco para ser algo oficial, ¿Que pensas?
-Pienso lo mismo, solo nos conocemos hace una semana.
-Entonces, ¿amigos...?-Pregunte insegura.
-¿Con derechos?-Pregunta picaramente.
-Como quieras vos- Dije acercandome lentamente.
-Okey.
Nos besamos. Que lindo era sentir sus labios suaves. Me acaricio el codo que tenia lastimado a lo que yo hice una mueca de dolor ya que, obviamente, todavia no sano.
-¿Estas bien?-Pregunto preocupado tras mi mueca.
-Si, es solo que ayer me cai de la moto y me lastime.
-¿Que? ¿Estas bien? ¿Donde te lastimaste?- Me pregunta super rapido.
-Tranquilo, me lastime el codo y la pierna, pero ya me desinfecte y todo asi que no te tenes que preocupar.
-Como no me voy a preocupar.
-De verdad, tranquilo Toto-Dije riendome de su cara.
Me abrazo y yo me acomode mejor en su pecho, estuvimos asi por un rato pero nos tuvimos que levantar de la cama para preparar el desayuno. Pusimos agua a calentar en la pava e hicimos el mate, agarramos unas galletitas y nos sentamos en la mesa a comer y tomar mates.
-¿Hoy vas a hacer algo?-Me pregunto.
-No, no tengo nada pensado.
-Te quiero invitar a una batalla de gallos que voy a ir hoy- Me cuenta.
-¿De verdad?
-Si, es importante que vayas.
-Okey, gracias.
Despues de desayunar Toto se fue a su casa, me dijo que a las 7 me vendria a buscar para ir a la batalla de gallos. Lave todo lo que usamos y me cambie de ropa para salir a comprar con la plata que me dejo mi familia para hacerlo mientras ellos estan de viaje. Me subi a mi moto y fui al supermercado, compre todo lo necesario para unos dias y volvi a mi casa, deje la comida y sali a dar una vuelta.
Ya eran las 7 y Toto me mando un mensaje de que estaba cerca asi que me dispuse a ver que estaban todas las ventanas de la casa cerradas. Por ultimo, me vi en el espejo para ver si habia algo mal en mi ropa o algo asi.
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(Sin el gorro ni la cartera)
Escuche que alguien tocaba el timbre y fui a abrir, como lo espere, era Toto.
-Hola- Dije para despues abrazarlo.
-Hola, linda-Me dio un beso en los labios- ¿Nos vamos?
-Dale.
Se subio a su moto y yo hice lo mismo. Cuando prendio el motor me aferre a su cadera y apoye mi cabeza en su espalda, tenia un olor hermoso, me encantaba su perfume, era como droga, bueno tampoco para tanto. Viajamos como por 20 minutos y llegamos a un descampado, era muy lindo, nos bajamos de la moto, nos agarramos de la mano y nos acercamos a una ronda de chicos, esta vez no habia chicas, y adentro de ella estaban dos pibes rapeando. Toto se saludo con unos amigos y me presento a mi, algunos me miraban de arriba a abajo con lujuria, a lo que medio asco, mientras que otros solo me sonrieron.
El mayor de los Ferro se metio en el medio de la ronda y empezo a rapear, la verdad que lo hace muy bien. En un momento, senti una mano en mi culo, por lo que me di vuelta pero no habia nadie, okey... alto miedo. Me di vuelta para seguir mirando a los chicos rapear y senti otra vez un roce, esta vez me di vuelta raro y me encontre con uno de los amigos de Toto que me miro con deseo cuando nos presentamos.
Me agarro del brazo y me tapo la boca con su mano, como todos estaban ensimismados viendo la batalla que nadie se dio cuenta. Intente pegarle pero era mas fuerte que yo, empezo a tocarme las piernas y mi cintura y cosas asi. Pero ya no lo senti mas y lo unico que vi fue a Lorenzo pegandole, el pibe tirado en el piso y el arriba haciendolo mierda. Toto lo re puteaba, se paro, me agarro de la mano y nos fuimos corriendo, yo a todo esto estaba llorando.
-Perdon- Dice cuando llegamos a donde estaba la moto- No te tendria que haber dejado sola con tantos chicos, crei que iban a estar las novias de mis amigos.
-No im-importa, Toto- Dije con la voz entrecortada- Estoy bien.
-¿No te hizo nada?-Dijo agarrando mi cara y verificando que este bien.
-No, de verdad, vamos a mi casa, si queres te podes quedar a dormir.
Volvimos a mi casa, cocinamos, comimos y nos fuimos a dormir con un poco de incomodad por parte de los dos. Mañana tenemos clases asi que no nos quedamos hasta muy tarde.
