Capitulo 8

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Capitulo 8

Desde la cocina escuchamos los gritos de Thomas, gritos de dolor, Donna y yo corrimos a la entrada principal para ayudarlo, cuando llegamos estaba tirado en el piso, tapándose la cara con la mano y con las rodillas pegadas al pecho, estaba temblando, de conocer a Thomas, hubiera jurado que estaba llorando, lo que significaba que el dolor era inminente, nos hincamos a su lado y lo tomé por las muñecas tratando de alejar sus manos de su rostro, cuando alejé sus manos de su cara, vi el motivo de su dolor, su frente y el contorno de sus ojos hasta su nariz, era de un rojo intenso, en sus frente había pústulas de color rosa, como si su piel estuviera hirviendo, no quería tocarlo, temía que el hacerlo le causara más dolor, Donna y yo lo ayudamos a ponerse de pie y lo movimos hacia la sala de estar, lo recostamos en el sofá, Donna busco en el tocador toallas y el botiquín de primeros auxilios.

-¡QUEMA!- Gritaba Thomas repetidas veces.

Tomé el alcohol del botiquín y mojé una de las toallas, la puse suavemente sobre las heridas a lo que Thomas respondió con gritos y lamentos, apretaba los dientes para aminorar el dolor de las heridas latentes en su rostro.

-Llama a una ambulancia- Le pedí a Donna, Donna cogió el teléfono de la cocina que era el más cercano.

-Todo va a estar bien, tranquilo, respira- Pero tanto Thomas como yo sabíamos que si se encontraba así era porque nada iba a estar bien, al contrario todo iba a empeorar, si es que se podía poner peor.

La ambulancia tardó alrededor de diez minutos en llegar, los paramédicos a bordo tomaron a Thomas y lo pusieron en una camilla, le cubrieron el rostro con una tela blanca para cubrirlo del sol y lo metieron a la ambulancia, no nos dejaron acompañarlo por motivos de espacio, así que nos quedamos en la casa.

Decidimos contactar a los otro cinco que cómo nosotros estaban en la misma situación, fue fácil contactarlos, decidimos encontrarnos en el compton’s coffe que estaba en el centro de la ciudad, cómo todos vivían a más de dos horas de distancia, decidimos que lo mejor sería reunirnos el mañana.

El resto del día estuvo lleno de incertidumbre, los nervios erizaban los cabellos de mi nuca quería saber cómo estaba Thomas, quería saber cómo estaba Julie, mejor dicho quería saber si aún estaba Julie.

-¿Qué tenía el paquete?- Preguntó Donna, había olvidado el paquete.

- No lo sé, pero probablemente le cueste la vista a Thomas- Estaba asqueada por lo que le habían hecho a Thomas.

Ambas nos acercamos a donde Thomas había tirado el paquete, lo tomamos, era un paquete elegante color negro, vimos que había en el interior, era una fotografía de la tía Brenda.

La tía Brenda había sido aparte de nosotros otra de las sobrevivientes del incidente de la navidad del 2003, no habíamos escuchado nada de ella desde entonces, pensamos por algún motivo que la habían alcanzado, que estaba muerta, nunca supimos nada de ella hasta entonces, tomé la fotografía y detrás de ella había algo escrito en tinta negra:

“Mantén a tus enemigos cerca”

Ninguna de las dos sabíamos que significado podría tener aquel mensaje y cómo se relacionaba con la tía Brenda.

¿Tenía la tía Brenda algo que ver con todo esto?

                                                       ***

Todo esto era demasiado difícil. Había sido suficiente por un día así que decidimos ir a dormir.

Conseguí dormir un par de horas, tuve un sueño que me hizo levantarme bañada en sudor y con la piel pálida.

DANNA Y DONNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora