"Querido crush" [Querido Crush #1]

13. Olvidarte

Querido Crush:

Es imposible.

Es imposible olvidarte.

No puedo.

No puedo olvidarte cuando eres tan lindo conmigo. Me caí de la bicicleta al llegar a casa por quedarme observándote cuando hacías pesas sin camisa afuera de mi casa junto a Gastón. Corriste a ayudarme, Gastón había entrado por unas botellas de agua. Otra vez solos.

Recuerdo que corriste al garage por el botiquín de primeros auxilios. Regresaste con algunas banditas para curar la herida en mi pierna.

—¿Te lastimaste mucho?—Preguntaste mientras te hincabas y revisabas la herida.

—No... no mucho—Sonreí haciendo mueca de dolor.

—¿Cómo es que te has caído?

Te estaba viendo sin camisa, te robas toda mi atención, ¿Qué esperabas?

—Creo que se atoró una piedra entre mi llanta y eso me hizo caer—Me limité a responder.

—Deberías tener más cuidado, no siempre estaré para sanarte.

Lo sé. Estoy consciente de ello.
Si eres tan bueno dando consejos para sanar, ¿Cómo sana un corazón roto?

Cuando pusiste la pequeña bandita en mi cortada me sorprendió lo que hiciste. Dejaste un pequeño beso delicado encima de la bandita. Me estremecí.

¿Tendrás idea de lo mucho que me atraes?

Dios, te juro que si no fuera tan cobarde te habría besado hasta el alma.

Como toda buena historia llega a su fin; sucedió.

—¿Qué es esto?—Preguntó la voz chillona de tu novia al verte besar mi pierna.

La entendía. Yo me habría puesto igual.

—No es lo que parece, Luna se cayó de la bicicleta y le curé la herida—Respondiste poniéndote en pie y ayudándome a hacer lo mismo.

—Ya déjame en claro que estás saliendo con esta niña a mis espaldas—Dijo tu novia molesta.

¿Niña? Cálmate, solo eres dos años mayor que yo.

—¿Qué estás diciendo? Yo no podría salir con ella.

¿No? ¿Por qué? Sentí como mi corazón se partía en pedacitos. Debí alejarme.

—¿Por qué no?—Te retó Emilia a responder.

Y entonces lo dijiste. Pronunciaste aquellas palabras que se clavaron tanto en mi corazón como si fuesen dagas. Puede que exagere; pero eso fue lo que sentí.

—Es la hermana de mi mejor amigo y sólo puedo verla de esa manera—Respondiste.

Y con eso bastó para que yo entrara en casa, subiera a mi habitación y llorara por horas sin control. Juro que voy a olvidarte.

Y el primer paso es... deshacerme de esta porqueria de diario o como sea que se llame.