Fanfic: parte 4

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Pocos días después de que Tony llamara a Steve para decirle que quería verlo con la única intensión de tener una conversación, Stephen no había dejado de reprocharse muchas cosas. Entre ellas, se estaba cuestionando gravemente haberle dicho. Sin embargo, a la vez, sentía una extraña sensación de satisfacción por haber logrado que Tony pudiera dar el primer paso, que era llamar a Rogers y pedirle la «cita».

El sólo hecho de pensar esa palabra lo hacía fruncir el ceño. No desconfiaba de Tony, para nada. Sabía que jamás haría algo que terminaría por perjudicar a la gente que le importaba. La desconfianza era hacia el súper soldado. Quería pensar que no se iban a atacar y que tendrían una charla como personas civilizadas, sin terminar en una pelea en la calle para luego salir en todas los canales de noticias y que luego surgieran bromas en Internet con memes.

Sacudió la cabeza. No, debía pensar que las cosas resultarían. Él y Peter debían apoyar a Tony y hacerle saber que, sin importar lo que pasara, ambos estarían de su lado y que no lo dejarían solo por nada del mundo. Y sabía que del lado de Steve también había gente que apoyaba al soldado. No los iba a juzgar. Mientras no se metieran en las cosas de ellos, le serían completamente indiferentes.

Una idea le cruzó por la mente. Quizás, sólo quizás, podía tener una pequeña charla con Steve. No para amenazarlo, sino para dejarle algunas cosas en claro con respecto a Tony. No iba a decirle que estuviera de acuerdo con todo lo que dijera, pero que, al menos, se tomara el tiempo para escuchar lo que debía decirle. Lo mismo iría para su pareja, pero eso podía esperar.

A pesar de no tener un cabello suyo, sabía perfectamente dónde estaba, ya que Tony se lo había dicho tiempo atrás, y Stephen recordaba perfectamente la dirección y cómo era el lugar. Eso sería más que suficiente.

Sin pensarlo por más tiempo, inhaló profundamente y abrió un portal justo en la puerta de la casa donde ahora ellos se estaban quedando. No sabía si con él estarían Romanoff, Wanda, Visión o alguien más, pero eso era lo de menos para él. Sólo le importaba el soldado.

Llamó a la puerta con firmeza y esperó pacientemente. Quien abrió fue Wanda.

-Oh, Doctor Strange-pronunció ella, un poco sorprendida de verlo.

-Wanda-saludó, haciendo un gesto con la cabeza.

Habían hablado un poco antes, y él le había ofrecido ayudarla a controlar mejor sus poderes para que no se saliera de control. A pesar de no conocerlo, Wanda había visto que sus intenciones eran buenas, así que permitió que la ayudara. Por esa razón, ella se sentía en deuda con Stephen, además de que nunca le faltaría el respeto ni sería grosera con él.

-Hmm... ¿Quieres pasar?-preguntó.

-No, gracias. En realidad, quería hablar con Steve-respondió, con una cara muy seria.

-Eh... Sí, un momento-exclamó Wanda, arrimando la puerta al entrar.

Stephen logró escuchar sus pasos alejarse y suspiró. La persona que buscaba no tardó en salir.

- ¿Strange?-espetó Steve al verlo.

-Hola a ti también-dijo Stephen, sin cambiar su expresión.

Rogers salió y dejó arrimada la puerta.

-No es que me moleste la visita, pero es algo tarde-comenzó-. Además, creí que Tony...

- ¿Que Tony qué?-preguntó el hechicero, cruzado de brazos.

-Nada, no importa-se retractó rápidamente, sin ganas de ponerse a discutir-. Escucha, si vienes a amenazarme porque voy a ver a Tony mañana, no hace falta. No planeo maltratarlo ni agredirlo.

Ironstrange RandomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora