Ironstrange Random

Fanfic: parte 5 (final)

El día tan poco esperado había llegado al fin. Tony se estaba preparando para ir a un parque para verse con Steve. Aún le costaba un poco asimilar las cosas, pero se dijo que no sería cobarde y que afrontaría las cosas. Después de todo, Tony Stark no era ningún cobarde.

Es simple, se dijo para calmarse. Vas a verlo, escuchas lo que tiene que decir, le dices tus propias cosas, de paso le puedes echar en cara alguna que otra, y luego se van por su lado. No te dejes vencer. Toda saldrá bien.

Y de verdad quería creer que las cosas saldrían bien. Ya le había dicho que quería que se vieran para aclarar las cosas, así que ahora debía enfrentarlo. Y sabía que Steve era persona de palabra; si decía que iba a estar ahí a las tres de la tarde, estaría ahí y a esa hora. Tony sabía que el soldado no lo dejaría plantado, por lo que él tampoco lo haría.

De pronto sintió que sus piernas podían flaquear en cualquier, y al ver la hora, se dio cuenta de que en diez minutos debía salir del Santuario. Stephen le había dicho que podía hacer un portal para que llegara a la hora acordada. Por una vez, Tony estuvo de acuerdo. El hechicero ya había hablado con Peter sobre eso, a lo que el joven reaccionó con bastante calma, diciendo que sólo quería que las cosas pudieran estar bien y esperaba de todo corazón que ellos pudieran arreglarse. Tony se sintió casi golpeado por lo que Peter dijo. A veces era fácil olvidar que, aún teniendo los poderes que tenía y pasando algunas desgracias, el chico siempre tenía un lado de inocencia incomparable.

Aunque quería intentar calmar las cosas por el joven, también quería hacerlo por sí mismo. Sentía que, si no lo enfrentaba, nunca tendría la paz que buscaba. Y mientras tuviera el apoyo de su pareja y de Peter, estaría perfecto.

Mientras se pasaba el celular de una mano a otra, Stephen se acercó a él.

—Tony—dijo, poniéndole una mano en el hombro—, ¿quieres ir ya?

—Sí. Él ya debe haber llegado—respondió, sin mucho ánimo.

—Bien... ¿Seguro no quieres que vaya contigo?—le preguntó Stephen, sintiéndose inseguro.

Tony lo miró con ternura y le puso una mano en la mejilla. Entendía perfectamente a Stephen, pero no sería muy agradable que ellos dos se vieran.

—Todo estará bien, amor—aseguró—. No debes preocuparte.

—Sabes que confío en ti—dijo Stephen, acercándose para besarlo. Tony dejó sus manos en la nuca del más alto, queriendo decirle de otra forma lo mucho que lo amaba y que nada iba a cambiar eso.

—Hmm... Señor Stark, Doctor...—los llamó Peter, algo avergonzado.

Los adultos se separaron y lo miraron, algo sonrojados.

—Lo siento si interrumpí, pero... Bueno...

— ¿Peter?—dijo Tony, notando que el chico parecía incómodo. Se acercó a él y puso una mano en su cabeza para que lo mirara.

—Entonces..., ¿ya irá a ver al capitán?—preguntó, sin saber muy bien qué decir.

—Peter, aunque no lo digas, sé que no te agrada mucho la idea—exclamó Tony.

—Es un poco difícil. No digo que él me caía mal, en absoluto, pero... a veces es difícil—soltó Peter, sintiéndose algo cohibido.

—Las cosas estarán bien. Es lo que quieres, ¿no?—preguntó Tony, dándole un abrazo.

Al ver que se separaron, Stephen abrió un portal directo en el parque. Tony respiró hondo y caminó hacia él. Cuando lo vio cruzar, Peter sintió la fuerte necesidad de acompañarlo. Pero el hechicero parecía haberse dado cuenta de lo que estaba pensando, por lo que se paró detrás de él y puso ambas manos en sus hombros, frotándolos gentilmente. Nunca pensó que tendría ese tiempo de comportamiento con un adolescente. Peter debía estar causando un cambio repentino en él.