記憶 ; kth

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Young Mi.
Mi mente daba vueltas, me mareaba y me dolía al mismo tiempo. Todo parecía irreal, y una enorme iluminación molestaba mis párpados, fue cuando abrí los ojos, y me asusté ante lo que vi.

Realmente me asusté, sentí un escalofrío recorrer mi columna, el suelo que se hallaba frío, provocaba una extraña sensación en mi piel. Un jadeo salió de mis labios al mirar de pies a cabeza a la persona que se encontraba parada justo delante de mí.

Yo reconocía aquella silueta, ese cabello alborotado, esa fragancia. Lo sabía todo de memoria, mi alrededor era solo un vacío y pálido blanco. Él que nos rodeaba con tremenda sutileza y delicadeza.

Aquella persona se giró a mí, mi cabeza sólo no pudo asimilar su rostro, sus lunares, sus ojos, aquellas cejas... Yo había despertado junto a ese rostro por miles de madrugadas.

– ¿Young Mi? – pronunció TaeHyung – ¿Estás bien? ¿Que haces en el suelo? – su típica mirada inocente, siempre me hacia sentir más tranquila.

– ¿Dónde estoy?

– Estamos. – corrigió – Y estamos en tu mente, ¿no te parece un bonito lugar? – yo miré con atención todo él lugar, lucía horrible, sin vida. Y negué para responderle.

– Es un horrible lugar – Terminé en decir.

– Supongo que así es el cielo.

– ¿No habías dicho que estoy en mi mente?

Él inclinó su cabeza un poco a la derecha y después a la izquierda. Meneándola levemente.

– No estamos en él cielo, éso es obvio – contestó él mirando a la nada.

– ¿Lo es? – su cuerpo se giró hacía el mío, y me miró a los ojos fijamente.

– Necesitas ser fuerte, por mí. – Y me abrazó fuerte, estaba sorprendida. Yo correspondí, anhelaba tener esa fragancia conmigo. Su calidez me envolvía.

– TaeHyung... Yo. – Él se separó del abrazo, y con el tiempo... Sé desvanecía.

– No me olvides, Young Mi. Por favor. – Él chico que tenía frente a mí se hacía polvo.

Pero ahora una soledad se apoderó de mí, y mi alrededor no era blanco sino negro.

– ¿Quién era ése chico de nuevo? – pregunté al vacío – creía conocerlo – me dije.

De pronto, fui envuelta por la oscuridad.

Y, desperté.