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Narra Kim Young Mi.
Bajé por las escaleras, tomando mi tiempo, mientras bajaba tomaba las mangas de aquel vestido y me limpiaba las lágrimas y el desastre de maquillaje que había provocado aquella escena. Sabía que volvería al día siguiente por mis cosas, sacaría lo necesario y me iría de allí. No entendía que había hecho yo para merecer algo así el día de mi aniversario. Me detuve en seco cuando lo escuché detrás de mí.

– ¡Young Mi! ¡Por favor! – gritaba entre sollozos, TaeHyung. Pero yo ya no sentía nada.

– TaeHyung, no sé que fue lo que te hice para merecer ésto, y más hoy. – Él abrió sus ojos y quisiera haberle dicho algo más pero me quedé sin palabras. – Adiós, TaeHyung. Mañana temprano vuelvo por mis cosas... – Y él corrió unos escalones abajo para sujetarme del brazo, su tacto era fuerte y agresivo.

– TaeHyung, sueltame, por favor – dije mientras giraba mi rostro hacia otro lado; él era una de esas debilidades mías.

Narra Kim TaeHyung.

No quería que se fuera, había cometido un estúpido error, y me merecía que estuviese enojada conmigo, pero no quería que ella se fuera. La sujeté tan fuerte para llevarla de regreso a nuestro apartamento, pero ella se resistía a ello.

Yo bufé mientras la miraba, tenía el maquillaje un poco corrido y era muy notorio que ella estaba enfadada, furiosa conmigo. Intentó zafarse de mi agarre, pero no lo logró. Y suspiró pesadamente.

– TaeHyung... Ya no hay nada que puedas hacer, ¿entiendes? Se acabó. Sólo dejame ir. – Dijo fríamente, mientras me miraba fijamente. Mi corazón se rehusaba a tal cosa, yo lo sabía y lo sentía.

– ¡No quiero! ¡No es tan fácil, es un error! ¡Todos cometemos errores a veces! – Sentía mi voz quebrarse y mis lágrimas a punto de rodar por mis mejillas.

– Sé que no es fácil pero TaeHyung, ¿como crees que me siento yo? ¿Como crees que me vi yo al hacerte esa estúpida cena? – finalmente se soltó de mi agarre bruscamente. Y salió corriendo, escaleras abajo. Yo la seguí.

Afuera hacía una lluvia, para variar. Y por más que ella se quisiera ir, la lluvia afuera no la dejaría, yo sólo aceleré mi paso, hasta encontrarme de nuevo con ella.

– Espera, por favor. Hablemos de ésto, ¿sí? – Ella avanza, sin escucharme – Young Mi – No se detiene – ¡Mierda, detente a escuchar un poco!

– No, y ya basta. No conseguirás nada de mí. – Abrió la puerta y salió, yo corrí para detenerla.

Afuera no paraba de llover.

記憶 ; kthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora