5 de noviembre de 1993
Querido amigo:
Han pasado dos meses desde que ha iniciado el curso y va todo bastante bien, más o menos. En muy poco tiempo, la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras se ha convertido en la favorita de todos (menos de, como era de esperar, Draco Malfoy y su pandilla) y lo cierto es que desearía que el resto de las clases fueran igual de entretenidas.
Sin embargo, la excepción era Pociones. Gracias al eco que se había expandido como la pólvora por el colegio del incidente con el boggart y Neville, el profesor Snape había comenzado a acosar a este último más que nunca y ni siquiera sabía que eso era posible considerando el trato anterior el cual, como puedes intuir, no era realmente bueno considerando que un boggart materializa tus peores miedos. Es decir, el temor de Neville hacia su propio profesor había conseguido estar por encima de cualquier otra cosa que afecte a un niño de trece años.
Lamentablemente Pociones no es la única asignatura que es extraña ya que Hagrid, tras el incidente del hipogrifo en Criaturas Mágicas, por miedo a causar más daños ha comenzado a ceñirse a un temario mucho más aburrido acerca del cuidado de los gusarajos lo cual a nadie le gusta porque es brutalmente monótono y pesado. Al principio pensaba que sería solo una clase o tal vez dos, pero llevamos dos meses dándoles lechuga cortada en tiras a esos bichos.
Por otro lado, la mayor novedad en nuestro curso era la visita a Hogsmeade, el único pueblo en toda Gran Bretaña que se conserva enteramente mágico, y al cual fuimos el día de Halloween por primera vez los de tercero siempre y cuando tuviéramos firmada una autorización. No obstante, no todos teníamos la suerte de tenerla como era el caso de Harry.
—Te traeremos un montón de golosinas de Honeydukes —le dijo Hermione esa mañana mientras desayunábamos, compadeciéndose de él.
—Sí, montones —dijo Ron.
—¿Seguro que no hay otra forma de que puedas ir? —pregunté, llevándome mi jugo de calabaza a los labios sentada junto a Neville—. McGonagall es nuestra tutora en Hogwarts, realmente ella debería poder darte permiso, ¿no?
—Ya se lo pregunté y me dijo que no —explicó Harry—. No os preocupéis por mí. Ya nos veremos en el banquete. Divertíos.
Hermione y yo nos miramos entre nosotras, notando como la voz de Harry forzaba un tono falso de despreocupación, pero como no pudimos hacer nada decidimos dejarlo estar y terminar de desayunar antes de dirigirnos al vestíbulo para irnos los cuatro. Una vez allí, mientras Filch comprobaba detenida y recelosamente quien salía, pasé uno de mis brazos por los hombros de Harry para darle ánimos y lo pegué hacia mí abrazándole de lado logrando que en su rostro apareciera una sonrisa tímida.
—No te preocupes, seguramente no sea nada del otro mundo —dije—. Y aunque lo fuera, ya tendrás otra ocasión para visitarlo.
Harry cabeceó agradecidamente y yo le atraje más hacia mí en respuesta. Si bien es cierto que en primero Harry y yo no tuvimos la oportunidad de tener mucho contacto, el hecho de que compartiéramos amigos y de que fuéramos durante gran parte del curso pasado compañeros en Transformaciones, había hecho que se volviera para mí un buen amigo como bien podía ser Neville o Hermione.
—Bueno, entonces, ¿varitas de regaliz o ranas de chocolate?
—Lo que sea estará bien, Rosie —respondió con una sonrisa.
—¿Te quedas aquí, Potter? —gritó Malfoy, que estaba en la cola, junto a Crabbe y a Goyle—. ¿No te atreves a cruzarte con los dementores?
Harry no le hizo caso y yo me limité a rodar los ojos con pereza mientras finalmente me separaba de él para que después se despidiera y se fuera solo por las escaleras de mármol hacia la Sala Común de Gryffindor. Después, procedí a ponerme yo misma en la fila junto a Neville, quien me estaba esperando hablando con Hannah Abbott, no sin antes regalarle a Malfoy una mirada de desagrado gracias al comentario anterior, la cual pareció notar ya que mantuvo sus ojos grises en mí un instante antes de girarse hacia sus amigos.
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Normal Weasley「 𝐝𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐦𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲 」
FanfictionLas cartas que escribe Rosie son íntimas y enigmáticas. Puede que sólo sea una Weasley, una chica como otra cualquiera pero, poco a poco, abre las puertas a su mundo a través de sus palabras durante los años escolares: la vida en Hogwarts a la sombr...