10.- Epilogo

524 33 3
                                        

1 Año despues...

Ernesto daba vueltas y vueltas en su cama sin poder conciliar el sueño. El recuerdo de la huida de Mercedes y la discusion que tuvo con Horacio aun seguian en su mente y no lo dejaban vivir en paz. Le dolia el alma ver a lo que habia obligado a sus hijos por mantener el buen nombre de su apellido. Nunca en la vida se habia sentido tan miserable. Por su culpa Mercedes se habia ido para siempre de su lado y Horacio era mas infeliz que nunca. Si bien su matrimonio con Estela le habia dado algo de paz, no era suficiente para calmar todo el tormento que llevaba dentro...

- Sigues pensando en tu hija.- le dijo Estela.

- Si, estaba pensando en la Meche... No se si habre tomado la decision correcta Estela.-

-¿Por que no hablas con ella?.-

- En eso precisamente estaba pensando.. en hablar con ella.. ¿Y decirle que?... ¿Que me perdone?... No se como acercarme Estelita, no se que hare si algun dia viene y... ¿Que voy a decir... y como la presento?.-

- Pero Ernesto... aqui no importa lo que diga la gente de este pueblo. Aqui importa lo que sienta la Maria Mercedes, imaginate si es dificil para ti, como lo sera para ella, ver que la unica persona que ella tiene, le da vuelta la espalda, a ver dime... de todos tus hijos...¿Quien fue la unica que se quedo contigo acompañandote, cuidandote cuando murio la Leonor?.-

- La Meche.-

- Entonces Ernesto... si ella es la que siempre ha estado a tu lado, merece tu apoyo mas que nadie.-

- Es que no se como aceptar la vida... que eligio, no se ni como llamarla. No lo se aceptar Estela.-

- Por Dios que eres un huaso bruto cuando quieres. A tus hijos hombres les has perdonado todo. No crees que ya es hora de que le des importancia a tu hija. A Maria Mercedes, y a lo que a ella la hace feliz.-

No pudo dormir en toda la noche pensando en el futuro de su hija. Lo atormentaba la idea de el daño que podian causarle la gente, cuando se enteraran de lo que ella era. Simplemente no entendia esa idea del amor. El no era tan catolico, y sabia que en su familia las practicas que Dios imponia, nunca se habian cumplido, pero aun asi no cabia en su mente la idea del amor entre mujeres. De solo pensarlo le daba temor, pero debia reconocer que nunca habia visto en Mercedes tal felicidad y tal brillo en sus ojos cuando tenia a esa mujer junto a ella. Nunca la habia visto tan feliz y eso tenia que reconocerlo, gracias a Barbara Roman, su hija tenia la oportunidad de conocer lo que el siempre quiso para ella... el amor y todo lo que eso conlleva.

Ella Vive En Mi... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora