BEST FRIENDS ❀ Kookmin ; Taegi

((♡ ❃)); O O O

Prologue

Jungkook resopló contra su cabello pelinegro, frunciendo el ceño mientras miraba a la ventana mientras Taehyung a su lado comenzó a juguetear con su lapicero, mirándolo divertido.

El profesor dictó un par de cosas más, dejándoles en libertad tras unos minutos.

El pelinegro soltó un quejido al estirarse sobre la mesa, haciendo que el profesor les viese mal.

Ambos salieron con tranquilidad, haciendo ligeras bromas entre ellos, caminando hacia las canchas atrás del colegio.

De alguna manera, termino saliendo el tema que ahora Taehyung se quedaba los martes a sus clases de Teatro.

-Ni siquiera eres bueno actuando.- le dijo con una sonrisa burlona.- Pobre profesora, ya puedo ver lo que va a sufrir.

-Callate, Jeon.- le empujó por el hombro, provocando una risa en él.-A veces no sé por qué eres mi mejor amigo.- respondió contagiandose por la risa del azabache.

Mejores amigos.

Eso era justamente lo que ambos eran. Inseparables y leales entre ambos.

Contaban con una serie de reglas que, según ellos, haría prevalecer su amistad por mayor tiempo.

-A todo esto, ¿Por qué entraste al Club de Teatro? Me dijiste que no te llamaba la atención.- el castaño tragó duro, observando por el rabillo del ojo al pelinegro.- Además, tienes suficiente con las prácticas de fútbol.

-Bueno...- negó con la cabeza.- Sólo cambié de opinión. Con suerte, podría ser como alguno de esos buenos actores que aparecen en los doramas.- sonrió, relajándose.- ¿Te lo imaginas? El Park HyungSik de la nueva generación.

-HyungSik es mil veces más guapo que tú.- se burló, riendo levemente.

Taehyung le miró ofendido pero con una sonrisa abriéndose paso en sus labios.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

.
.
.

-Taehyung-ah, ¿Ya llevas todo?- el niño asintió efusivamente, saltando con una pequeña mochila en su espalda, impaciente.

-¿Ya vamos a ver a Kookie?- pregunto curioso, ganándose una sonrisa por parte de su madre.

-No seas nervioso, Taehyungie.- le recriminó.- Jimin irá con nosotros. Mientras tú juegas con Jungkook, yo estaré con él, ¿De acuerdo?- el castaño asintió, feliz al ver como su pequeño hermano se movía entre los brazos de su madre.

Desobedeciendo las palabras de su madre, corrió hasta el parque donde yacía el pequeño pelinegro, moviendo sus pies mientras hablaba con su madre.

-¡Jungkook!- gritó emocionado, haciendo que el aludido se girase de golpe a él.

Ambos se saludaron con un juego de manos, mientras ambas madres iban a la zona de juegos infantiles para acompañar a Jimin.

-¿Quieres dibujar?- preguntó emocionado.- Traigo muchas obras y colores. ¡Me los compraron ayer!- el pelinegro asintió emocionado, observando las hojas con curiosidad.- ¿Que dibujaras?- preguntó mientras le tendía una hoja.

-Algo lindo.- murmuró, pensando y divagando en su cabeza.

-¡Yo haré un alienígena! ¡Son fabulosos!

-Si tú lo dices.- murmuró sonriendo, comenzando a trazar su dibujo.

A lo lejos, lo chillidos enternecidos de ambas madres resonaban al mismo tiempo que la risa linda pero escandalosa de Jimin.

Taehyung observó el dibujo de Jungkook y sonrió, pensando que podría llegar a ser alguien muy famoso con su arte.

Vamos, dibujaba realmente bien para tener solo seis años.

Pero entonces, imagino las peores consecuencias de que el chico se volviese famoso: Ya no tendría tiempo para pasar con él, lo que significaba que su amistad decaería y dejarían de ser amigos.

La idea hizo que un puchero se instalara en sus labios.

-Jungkook-ah.- le llamó, por lo que el aludido se giró a él.- ¿Seremos amigos siempre?

-¿Uh?- observó el semblante triste del contrario y asintió.- Claro que lo seremos. ¿Por qué lo dudas?

-E-Es que... Sólo... Eres mi mejor amigo.- murmuró.- A veces te quiero tanto como mi hermanito Jimin.- mencionó dando una débil sonrisita.- Solo no quiero que dejemos de ser amigos.

Jungkook frunció los labios, pensando atentamente.

Su madre siempre decía que para mantener la sociedad, se debían mantener ciertas reglas.

¿Sería lo mismo para su amistad?

Ladeó su cabeza.

-Taehyung.- le llamó.- Se que podemos hacer para no dejar de ser amigos.

-¿¡Que es!?- pregunto eufórico por la noticia. En aquellos entonces, Taehyung no era tan sociable, por lo tanto, le daba miedo perder a su amigo.

-Reglas.- el castaño frunció sus labios.- Nos ayudarán, te lo prometo.

-¡Entonces hagamos reglas!

Jungkook asintió sin mirarle, escuchando como su madre se despedía de la señora Kim, acercándose a ellos.

Esa tarde, ambos quedaron de pensar cinco reglas importantes que podrían ser de ayuda.

Al cabo de meses de desarrollo, con un Taehyung claramente emocionado, las reglas habían quedado así:

1) No ocultar secretos. Entre ambos siempre podrían confiar.

2) No meterse con la novia del otro.

3) No interesarse por un miembro de la familia. No podrían seguir siendo amigos si alguno le rompía el corazón a un familiar.

4) No salir con sus ex. Pese a que ambos dejaban en claro que no sentían nada por su pareja cuando terminaban con esta, estaba prohibido tener una relación con la expareja de su amigo.

5) Apoyarse uno a otro todo el tiempo. Toda decisión por mala o buena que sea, claro, siempre y cuando no rompa alguna de las reglas anteriores.

Ninguno de ambos le veía nada de malo a aquello, por lo que prometieron seguir las reglas al pie de la letra.

Después de todo, ¿Qué tan difícil podría ser seguir aquellas infantiles reglas?