6.Castigar.

496 36 7
                                    

Estoy castigada hasta Semana Santa sin salir. Quien me mandaría nacer el 5 de marzo. También estoy castigada sin poder ir a entrenar durante dos semanas a ninguno de mis dos deportes.

-¿Qué vas hacer?.- Pregunta Laura por la videollamada que lleva unos minutos mientras termino tarea de filosofía. La resaca sigue siendo monumental, me he bebido alrededor de tres litros de agua en lo que llevo de tarde.

-No quiero verlo.- Laura pone los ojos en blanco.- Tengo dieciocho, así que en sus clases, haré pellas.- Laura resopla.- Me da igual que sean dos asignaturas.- Pone una mueca bastante cómica.

-Son dos ceros. Pero si, le tendrás que ver menos presentándote solo a la recuperación, que yendo todos los días a clase. Yo te paso los apuntes.- Me guiña un ojo y sonríe.

Sino fuese por ella creo que no hubiese vuelto hacer bachillerato, fue lo único que me animó a seguir con esa tortura seis horas al día casi trescientos días al año.

El lunes me presento a todas las asignaturas, pero cuando toca lengua me marcho a tomar un café con Zaira. A última hora Laura está sonriente cuando entro.

-Hugo tiene novia.- Enarco las cejas.

-Creo que te lo dije yo ayer ya. Pero... ¿Porque lo dices?.- Ella ríe.

-Hoy llevaba braga polar, algo extraño si, pero bueno. Cuando ha ido hacer el pino para enseñarnos cómo debemos hacerlo, se ha descubierto por qué la lleva.- La miro inquisitiva, esa manía de esperar y darle intriga a todo.- Tiene un chupetón en el cuello.- Repaso mentalmente el día de ayer, y si, antes de irme ya lo tenía.

-Pues que lo disfrute. Yo no pienso verle la cara.- Laura pone cara de angustia.

Según ella no se perdería ni una sola hora en la que pudiese ver a Hugo. Figuradamente se la caen las bragas por el. Esos ojos, ese culo, ese cuerpo, y esa voz, lo hacen único para ella. A mi en su conjunto también parece horrible, es mi enemigo, y seguirá siéndolo.

El martes utilizo la misma técnica, sólo que tengo que faltar a dos clases. El miércoles igual, y el jueves me toca cambiar de dirección para no cruzarme con el dos veces. Una de ellas estaba saliendo de clase, y los jueves no tenemos con el. Cuando entro Laura tiene cara de susto.

-¿Qué pasa?.- Me coge de la mano y me lleva hasta el baño.

-Hugo ha venido a clase. Ninguno de estos días no había dicho nada cuando pasaba lista y tú no estabas. Solo escucha el comentario de algunos de «todavía estará pasando la resaca de los dieciocho» cosa que tampoco parece hacerle gracia, porque a Tomas y a Pedro les tuvo corriendo ayer toda la clase.- Pongo los ojos en blanco.

-Es para hoy a poder ser.- Me da un codazo y bufa.

-Como mañana no vayas a sus clases llama a tus padres, y te recuerdo que ya estás castigada, como se enteren de las pellas que estás haciendo, ni te cuento hasta cuando te dura el castigo.- La verdad es que tiene razón.

Paso la hora pensando en ello, no quiero verlo, pero tampoco quiero prolongar mi castigo hasta los treinta años. ¿Qué narices puedo hacer?.

Cuando llego a casa sigo dándole vueltas, y así durante todo el día. Mañana tengo examen de lengua para añadirle más fuerza a las ganas de ir a su clase. Decido quedarme hasta tarde estudiando, cosa que como me suponía, me repercute en apagar la alarma y despertarme a las 10 de la mañana cuando mi abuela se da cuenta de que sigo en la cama.

«Minion: Tia, que hay examen.»

Dos horas después.

«Minion: La has liado.»

Y tanto que la he liado, cojo la sudadera de Hugo que lleva guardada en mi armario desde el lunes. Voy a clase, y en el cambio a sexta hora, para ir a educación física, me siento tentada de irme a casa. Lo intento, pero como era algo de esperar en mi, Nazareth, Zaira y Laura están esperándome en la puerta para no dejarme salir y arrastrarme a mi infierno.

¿Qué pasó profesor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora