deѕeo insaciable ⸙ starker

IX

Peter le sonrió a Wade cuando lo vio.

—Hola...— Peter saludó.

—Hola, Baby..— Wade le contestó.

Peter tomó asiento frente a Wade. Estaban en una de las múltiples cafeterías de New York. Había citado ahí a Wade, para pasar más desapercibido.

Después de todo, era el hijo adoptivo de Tony Stark. Genio, millonario y filántropo. Aunque agradecía que a él no le dieran demasiada atención.

Era suficiente lidiar con Pepper y Tony. Como para que gente desconocida le hiciera sentir más incómodo.

—¿Trajiste mis pruebas? —Preguntó, Wade asintió y sacó un sobre y se lo entregó. Peter lo abrió.

— No lo vi, pero Vanessa me dijo que te dijera que fuera bueno que te tomarás la presión arterial. —Peter asintió, revisando los resultados cuidadosamente.

No había nada demasiado fuera de lo normal o demasiado preocupante.

—Al parecer tengo anemia. —Murmuró para sí mismo—. ¿Te dijo algo más?

—Que fueras con un médico para que te indique qué es lo que tienes que hacer para curarla. Dijo que era una enfermedad que si la tratabas, podías curarla rápido. Pero que si no, podría traerte consecuencias graves. —Wade recitó rápidamente.

Peter suspiró, guardando los resultados de nuevo.

—Gracias, Wade.

—De nada. Sabes que siempre estaré para ti. —Peter sólo se limitó a asentir y a sonreír.

Sabía que Wade estaría para él cuando lo necesitara. Desde el momento en el que lo conoció.

◀▪▶

Tony clavó su vista en puerta cuando escuchó los pasos de Peter en las escaleras. Llevaba esperándolo más de una hora y apenas aparecía.

Por supuesto, no era totalmente culpa de Peter. Tony había estado listo demasiado temprano y por ello había tenido que esperar. Pepper no estaría feliz cuando regresara y se diera cuenta que Tony estaba evitando sus obligaciones diarias en la empresa, pero a Tony no podía importarle demasiado. No cuando había alguien más haciendo su trabajo de todos modos y estaba dispuesto a compartir más tiempo con Peter en esos días.

Peter abrió la puerta y entró. Pareció sorprendido de verlo Tony sentado en una esquina de su cama, pero no le dijo nada. A veces, Tony solía hacer eso, ir a buscarlo y sentarse en su cama. Peter entró y tiró su bolso en la cama, luciendo cansado y un poco estresado.

—¿Ya estas listo?  —Peter le preguntó, Tony fijó su vista en el sobre que Peter tenía en su mano izquierda. Peter lo notó, y se limitó a guardarlo.