Capitulo Diecisiete: Ora

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“Nunca una persona es tan grande como cuando esta de rodillas ante Dios”.[1] Él que se complace en el poder maravilloso de la oración busca hallar la mejor solución para todos sus problemas, incluso para los más grandes. Toda oración hecha con profunda fe hace claros los caminos más oscuros, desata toda cadena y nos otorga confianza para afrontar las luchas.

   El que ora tiene la mente en orden y con su fe es capaz de mover montañas. Tiene la plena seguridad que un ser superior lo protege, lo guía y le otorga en abundancia todo cuanto convenga a su alma por eso ríe y canta en la tempestad como en la calma. Su ser jamás se acongoja.

   Orar es confiar lo que no está en nuestras manos solucionar, es abandonarnos sin dejar siempre de actuar en unas manos complacientes que sin narrarle nada conoce y comprende todas nuestras penas.

   Refugiarse en oración es pensar inteligentemente, que haríamos si alguien nos quitara la paz; todo lo que haríamos se tornaría en un rotundo fracaso por fortuna tenemos la oportunidad de encomendarle a través de nuestra sincera oración a un ser superior esa difícil carga. El que ora es consiente que en la conversación personal con Dios es liberado de muchos males por eso nunca deja de recurrir a ella como medio eficiente y directo para llegar al éxito.



[1] Marco Fidel Suarez

Camino al Éxito ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora