Tras el enfrentamiento contra los mandamientos restantes, Zeldris resulta herido, saliendo del lugar encontrandose con la tercera princesa del reino, Elizabeth, quien utiliza su poder para curar sus corazones, lo cual desperto algo que uno de los di...
Elizabeth despertó, miraba alrededor, todo parecía haber sido un sueño, tal vez solo se había dormido durante la celebración, pero una hermosa rosa de un color oscuro que se encontraba encima del estante le llamaría la atención.
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Ella la tomo, el tal solo mirarla sentia un fuerte calor en sus labios.
Bajo al primer piso donde todo era normal, Escanor organizaba bebidas con Meliodas, y Ban dormía de tanto alcohol sobre una mesa.
Pero no podía ignorar el hecho de que era posible que el mandamiento de la piedad siguiera vivo.
—En un momento Elizabeth, solo termino con esto—Respondio el rubio tranquilo dirigiéndose con una caja a la puerta.
—Meliodas no entiendes—La princesa insistio pero este ya había salido del lugar junto con Escanor.
Resignada se sentó en una de las mesas, suspiro profundamente viendo nuevamente la rosa que traía entre sus manos.
—¿Elizabeth que ocurre?—Decia el cerdito preocupado.
—Habrásidosoloun sueño.
—Pero que tal si no fue asi—Respondio el este tratando de apoyar a su amiga.
El silencio se mantuvo en el bar hasta que finalmente llegaron a Lionés, Merlín y el resto de los pecados aparecieron para que luego el pueblo empezara a gritar y a festejar por la llegada de los héroes.
Elizabeth solo observaba el publico, entre ellos estaban todos los caballeros sacros, sus hermanas y su padre, por fin la paz había vuelto a toda Britania.
Pero noto como una persona la miraba fijamente sin apartar la mirada, esto la puso nerviosa y volteo para otra parte, pero al mirar nuevamente la persona ya no estaba.
—Elizabeth—Dijo Diane sacándola de sus pensamientos—¿Que ocurre?—Pregunto al ver el comportamiento de su amiga.
—Nada, solo me cuesta creer que esto realmente esta pasando—Respondio con una sonrisa.
Esto fue suficiente para que la gigante no volviera a preguntar.
Una vez concluida la ceremonia, la celebración comenzó, Lionés y toda Britania era libre, significaba ninguna amenaza mas, pero también significaba el fin de los siete pecados.
Pero la tercera princesa todavía no salia de sus aposentos, estaba sentada frente a su espejo mirando esa hermosa flor.
Elizabeth suspiro levemente, selevantodirigiéndosehaciasucamaparapensarlascosas.
