NARRA HONGSEOK
Mis ojos se abrieron lenta y perezosamente ante la luz que desprendía la ventana del edificio donde me encontraba. Respiré hondamente y comencé a recordar lo que ocurrió para llegar a aquel lugar, no era muy amplio pero lo suficiente para que fuera acogedor. Las paredes eran completamente blancas y un gran ventanal hacía que la habitación se iluminase plenamente, había rosas rojas en una mesita en el centro del cuarto.
Un olor me hizo despertar más mi memoria, esa cálida fragancia a moras con limón e inocencia, ese aroma a algodón de azúcar de fresa y de pura felicidad. Un olor que reconocía mejor que el mio propio.
Giré hacia un lado con intención de ver lo que esperaba, y allí estaba, una silueta definida y perfecta se encontraba a contra luz frente a mi, me acerque un poco más, para encontrar alguna imperfección facial, pero nada, solo un rostro perfecto dormido plácidamente allí, se veía tan tranquilo que me llenaba de plena paz.Me acerqué tanto que las puntas de nuestra nariz casi se rozan, sentí su respiración sobre la mía, fue allí cuando me di cuenta de que debía proteger este tesoro que la vida puso en mi camino, cerré los ojos con fuerza y simplemente me dedique a sentir su presencia.
Segundos más tarde noté como Yeo One abría sus ojos, me limite a fingir estar dormido para observar su reacción, me tensé al ver que él no se movió de aquella posición, lentamente sentí una mano acariciar mi mejilla con la suavidad de la lana, no quería moverme de allí, quería permanecer en aquella posición para siempre.
¿Por que todo es diferente contigo yeo one?
Su mano se deslizaba bajo mi cara, y pude sentir como mi corazón comenzó a acelerarse hasta querer salir disparado del pecho.-Me haces mal, pequeño.
Solo dije con los ojos aún cerrados sin más, no pensé dos veces, simplemente solté lo primero que se pasó por mi tonta cabeza.Entonces las caricias cesaron, volví a abrir mis ojos encontrándome con los suyos negro azabache.
Yeo one se levanto anticipadamente de la cama como si algo malo hubiese pasado, alcé una ceja a modo de inseguridad por su acto de hace segundos.
Yeo se puso las zapillas rápidamente y se puso en pie frente a mi.-No puedes hacerme esto, ¡basta! - dijo con un tono nervioso en la voz.
-A que te refieres, parecías tranquilo hace un momento.-contesté un poco inseguro.
-A esto, A ti, no entiendes que cada vez que te acercas más a mí me enamoro más de ti, no puedo seguir ocultandotelo, no puedo seguir escondiendo mis sentimientos.
Pude ver como un par de lágrimas caían por sus ojos y recorrían su mejilla.
Se sentó en un lado de la cama tapándose la cara con las manos para ocultar su llanto.
Permanecí en silencio unos segundos analizando lo que acaba de pasar.
Me acerqué a él, separé sus manos de su cara y le sequé las lágrimas con mis dedos, agarré sus mejillas lentamente, le miré a los ojos fijamente, la mirada más sincera y verdadera que había hecho en mi vida, sin formular ni una sola palabra me acerqué lentamente a él y rocé tímidamente sus labios junto a los míos.
Una mirada dice más que mil palabras y aquella mirada decía todo lo que mi corazón sentía y que mi cabeza no entendía.
-Si no estuviese tan enamorado de ti, como tú de mi, no habría hecho ninguna de las locuras que me arriesgue a hacer esa noche.
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No me dejes(Hong one)
RomanceDesde aquel día, no volví a verte como te veía, algo cambió en mi, algo cambió en ti, algo cambió entre nosotros