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Hoseok se encontraba en una de las cabinas de su torre, así que allí tenía entre telas calientes y un poco de toallas, cubriendo al pequeño gazapito feo. Ya había pasado un buen mes, por lo que el pequeño ya empezaba a generar pelitos. Tal parecía que el chiquitín sería de un pelaje blanco y unos ojitos negros muy hermosos. Le recordaba a la coneja, si no fuera porque no poseía los ojos celestes de aquella animala.

Escuchó la puerta gatunera de su cuarto abrirse, por lo que asomó sus ojos, viendo a Jungkook entrar y quedarse allí, por la entrada, mirando hacia afuera. Frunció el ceño muy extrañado, otra vez, ese conejo de nuevo con esa conducta tan partículas Desde la muerte de Bomboncito, aquel conejo empezaba a llegar a su cuarto para quedarse siempre por la puerta mirando el exterior como si hiciera guardia.

Jungkook solo salía para comer, hacer sus necesidades, y por la noche se quedaba haciendo guardia, para dormir en el día en ese mismo puesto.

Hoseok se bajó de aquella torre, por suerte sabía que el conejo no tenía la agilidad para subir hasta allá y encontrar al pequeñín y el chiquitín tampoco se movía mucho que se dijera y no emitía ningún ruido.

Al llegar al suelo, se acercó aquel conejo, suspiró y quiso salir para ir a buscar algo de comer; pero el conejo le detuvo.

—No Hobi, no salgas.

—¿Otra vez con lo mismo? ¡Solo iré a buscar algo de comer!

—Te lo traeré yo; pero no salgas—habló con un tono muy serio—sigue descansando, además, debes cuidar de los bebés

—¡Pero no quiero estar encerrado aquí!—chilló molesto—¡Y sé cuidarme para tu mayor información!—El conejo retrocedió un poco triste y Hoseok suspiró al ver aquellos ojos ajenos—Pelusa horripilante ¡Necesito ir a cagar!.

—No necesitaba tanta...información—comentó Jungkook tragando duro.

Hoseok puso los ojos en blanco y salió de aquel cuarto, apresurando sus pasos para ir a su arenenero que se encontraba en su baño especial. Jungkook se quedó en el cuarto, mirando alrededor, miró aquella gran torre e hizo un puchero.

Después de un minuto, Hoseok regresó como siempre, pavoneándose hasta subir por la torre e ingresar a su pequeño nido donde el gazapito aún dormía. Enarcó una ceja derecha notando que Jungkook parecía hacer un extraño movimiento de pelvis que trataba de disimular.

—Ay no...—susurró Hoseok ante aquella conducta y tragó duro cuando los ojos de aquel conejo se posaron sobre él.

Jungkook tragó duro.

—Oye...manchitas.

—No estoy disponible.

—Será rápido—chilló Jungkook teniendo la necesidad de aparearse.

—Estoy preñado.

—Mi papi lo hizo cuando estaba embarazado de ustedes.

Hoseok al escuchar aquello hizo cara de asco y se escondió más.

—No.

—Solo la puntita.

—Que no.

—¿¡Por qué no?!—chilló el conejo dando saltos en dirección de la torre.

Hoseok bajó su mirada y sacó su cabeza.

—¡PORQUE NO PEDAZO DE PELUSA! ¡NO QUIERO HACERLO!

Hoseok se hizo bolita y se echó a dormir , sabía que Jungkook no lograría subir aquella torre, por lo cual no había nada por lo que temer.

Tsa, tsa, tsa, tsa...

Junghope || OMFR!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora