Jungkook es un conejo bastante protector y amoroso, tal vez demasiado. Sobre todo cuando se hace cargo de cuidar de unos pequeños gatitos y se encariña del gatito de manchitas llamado Hobi y bueno, aquello le será un problema ya que ese gato tiene u...
Hoseok estaba sentado sobre sus patas, contemplando a través de la puerta de vidrio quedaba al jardín, a ambos conejos ir saltarines de un lado a otro, dándose besitos, rozando sus narices, jugueteando muy alegres de la vida. Mientras él, solo se mantenía en silencio, contemplando a Jungkook, jugar con esa coneja bonita. Sintiendo un nudo en su garganta, bajó su mirada, notando sus ya tetillas resaltadas y el pequeño bulto en su vientre.
Se giró sobre sus patas y con la cabeza gacha se dirigió al cuarto de Jungkook, buscando algo de aquel conejo que mantuviera su aroma y se lo pudiese llevar a su nido que había hecho. Yoongi contempló a su hijo a lo lejos y desvío la mirada pensativo.
Su hijo estaba muy raro. Se comportaba de la misma forma cuando él quedó preñado por igual.
—Nubecita ¿No quieres hablar con él?—preguntó Namjoon acercándose a su pareja.
—Gato pulgoso, no creo que sea algo en lo que nos debamos meter. Ya tiene dieciocho años...deja que aprenda hacer un adulto por sí mismo.
—Pero últimamente se nota muy desanimado nubecita. Se queda todo el día dentro del cuarto y solo sale a comer, o se sienta a lo lejos, viendo a Jungkook y Bomboncito. Como si los envidiara.
—Creo que está embarazado–comentó Yoongi un poco triste—. Y seguramente lo dejaron...¡SI ENCUENTRO AL MALDITO QUE LO PREÑO LE METERÉ MIS PUTAS GARRAS HASTA DESCUARTIZARLO!—gruñó molesto el gato blanco.
—Nubecita—interrumpió Namjoon con su suave voz–no creo que la violencia sea la forma más fácil de solucionar todo.
—¡Pero mira como me tiene de achicopalado a mi cachorrito!—chilló haciendo un puchero.
—Nubecita...ve hablar un momento con él.
—¡Pero sabes que soy malo para las pláticas, seguramente termine con alguna pendejada!
Hoseok salió del cuarto del conejo, robandose el cojín donde Jungkook dormía y salió corriendo como alma que se lo llevaba el diablo, escaleras arriba. Yoongi y Namjoon fruncieron el ceño ante aquel extraño comportamiento y se miraron entre ellos. Ambos conejos ingresaron a la casa muy felices de la vida, después de haber jugado.
La ama de Yoongi y la de Jungkook miraron a sus mascotas con una suave sonrisa para seguir conversando entre ellas.
La conejita se acercó a Jungkook, quien todavía no sabía de la noticia del embarazo de su pareja y mucho menos el de Hoseok.Jungkook corrió emocionado a su cuarto hasta que notó que su cama había desaparecido. Su cojín no estaba, la conejita miró a Jungkook y se metío al nido sin ningún problema.
—¿Sucede algo Kookie?
—Solo que...mi cojín favorito de dormir no está.
—Seguramente lo están lavando—comentó ella dando suaves golpecitos dentro de la segunda casita—puedes dormir conmigo si deseas.
Jungkook solo sonrió con leve desánimo, ingresando a su casa, luego miró en dirección de una caja con sábanas encima ¿Para qué era eso?
El pobre ignorante que no sabía que sería futuro padre.
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