EPÍLOGO

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Faltaba un minuto exacto para la medianoche, un minuto exacto para que empezará un nuevo año.
Un minuto exacto para un nuevo comienzo
Will y Grace se hallaban en el balcón del apartamento de Will bebiendo champagne mirando a las estrellas
- Me alegra que estés mejor respecto a tu madre - espetó Will creando nubes de vapor al hablar
- Yo también me siento mejor, la extrañaba. Pero sobre todo me alegra que ella y papá estén bien - Grace titirito y se rodeó con los brazos - Will, ¿Puedo preguntarte algo?
- ¿Que sucede? - respondió él abrazandola por la espalda, brindandole su calor
- Qué paso aquel día, en que vino tu padre - alzó la cabeza y lo miro a los ojos
- Discutimos, y me pidio perdon - respondió Will - Y bueno.. lo hice. Comprendí que ya no quería más mierda en mi vida - dijo soltando un suspiro largo apretando más a Grace en su pecho - Cometió errores, errores que me hirieron. Pero al final es mi padre, y aunque ya no lo quiero en mi vida, lo perdonó por que es lo último que me queda.
- Eres muy valiente - espetó Grace dándose la vuelta y abrazando a Will por el cuello - Valiente por haber enfrentado a tus demonios
William la miro a los ojos, a esos profundos ojos esmeralda, esos mismos que lo hacian desvariar.
Le acaricio suavemente la mejilla, los pómulos, la curva de los labios y al final la nariz. Y lo supo, supo que no quería nada en éste mundo que no fuese Grace, ella era el cielo y la gloria infinita. Ella, lo había sacado del infierno en el que estaba y no podía siquiera imaginar una vida en donde no estuviera.
Era cómo un pecado el simple hecho de pensarlo, ella lo era todo para él, su vida y la otra mitad de su obstinado corazón
Ella, era su hogar.
- Grace.. - dijo Will con suavidad - Te amo, Y no quiero conocer un mundo sin ti - la muchacha lo miró con los ojos bien abiertos mientras todos sus sentidos se paralizaban - Eres por quien yo suspiro y por quien me tiemblan las piernas. Y sobre todo, eres con quien yo quiero estar cuándo todo ésto se vaya a la mierda.
William deslizó su mano hacia la bolsa de la chaqueta y con mucho cuidado sacó una cajita cuadrada forrada en terciopelo naranja. Grace se llevó la mano a la boca sin poder creérselo, mientras lágrimas se juntaban en sus ojos.
El corazón de grace comenzó a latir con frenesí, y sufrio un paro cardíaco cuándo Will se arrodilló frente a ella dejando a la vista un anillo en oro blanco con un sólo diamante adornandolo
- Grace Miller - dijo lentamente, como si saboreara cada palabra en el paladar - ¿Te casarias conmigo?
Y en ese momento, Grace fue declarada muerta mientras sus ojos estallaban en lágrimas calientes, cuándo con un susurro le respondía que sí.
Will le puso la alianza en el dedo anular, justo el momento en que en el universo los planetas se alineaban, haciendo de ellos uno sólo.

WILLIAM BAKERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora