cinco.

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"A según momentos difíciles. Vaya... No lo sabía. ¿Debería pedirte perdón?"

-

P.O.V Katiana.

Todo está normal. El día está soleado, las clases siguen normal, la maestra sigue igual de arrogante como siempre. Sí, todo como siempre. Excepto por una cosa.

Vic no está.

Hace dos días que no viene, lo cual es raro porque ella nunca falta. La maestra nos dijo que su mamá había llamado para notificar que faltaría porque está enferma. Qué mal que no pueda comunicarme con ella, aunque sea para saber si como sigue.

Sin ella, me siento un poco rara, se siente el día aburrido. Creo que ya me acostumbré a estar siempre con ella, ¿Qué les puedo decir?

Oh, y otra cosa que no había pensado, estoy sola. No en el sentido de personas, porque asistieron el resto de mis amigos. Me refiero a ese temita, a esa persona.

Me refiero a él.

Yo me considero una persona valiente y con fuerza de voluntad. Pero, por más que sea, aun me cuesta superar lo que me hizo. Si me llega a hablar, no sé si resistiré. ¿Y si no aguanto y le hablo? ¿Y si el plan se arruina por mi culpa? ¿Y si....

No. No debo pensar de esa manera. Yo puedo, no caeré, no otra vez. Por Victoire

*En la hora de recreo*

Bueno señores, llegó el momento. Aquí es cuando todos los salones salen, cuando sale él.

-Ok Katy, contrólate. Tú puedes, sé valiente, tú puedes, tú puedes... -Me repetía a mi misma una y otra vez. Estaba de espaldas a las escaleras, por lo que no me di cuenta cuando alguien se detuvo detrás de mí.

-Hola -Me sobresalté al percatarme que había una sombra detrás de la mía. Esa persona me asustó, sobre todo con esa voz...

Un momento, esa voz.

No quería que fuese esa persona, no por favor, ahora no. No aceptaba que esa persona estaba detrás de mí, no señor, seguro estoy confundida. Y aún, sabiendo la respuesta, di media vuelta y al abrir los ojos, ahí estaba él.

Andaba con el uniforme de liceo. Una chemise azul, el pantalón con su respectiva correa, zapatos negros pulidos, andaba con el cabello bajo, creo que lo afeitaron, su cuarzo en el collar, y sus ojos verdes. Esos ojos verdes, que me llevaban al espacio cuando los veía, y ahora estaban posados en mí.

Regresando a tierra, me di cuenta que él estaba como esperando una respuesta de mi parte. Pero por mi parte, solamente me crucé de brazos, fruncí mi ceño e hice una mueca de fastidio. Espero que con eso alcance para que se vaya, no es que me queda mucha cordura.

Pero no, el siguió insistiendo.

» Eh, disculpa por molestarte... -Nunca me molestas vale, tengo todo el tiempo para.... ¡NO, NO SEÑOR! ¡DEJA LA BROMA KATIANA! -Pero, quisiera hablar contigo. -Y no sé en qué momento hizo un tierno puchero que hizo que mi corazón se derritiera. Pero no, no le voy a hablar.

-Lo siento, pero no te voy a hablar. -Dije segura de mi misma.

-De hecho, ya me estás hablando.

¡NO KATIANA NO, ASÍ NO VALE! ¡SI ERES PENDEJA! Ya le hablaste, ya tiraste todo, ya arruinaste todo. Mátate vale. Bueno, al menos trata de reparar todo y no le hables más.

-Pues no te voy a volver a hablar, no tengo tiempo, estoy ocupada. - ¡Sí! Ese seguro se la cree y deja el fastidio.

-Pues de hecho, me acabas de volver a hablar.

¡¿VAS A SEGUIR KATIANA?! Señor, perdóname, ¿Por qué soy así? Si Vic estuviera aquí de seguro m...

Un momento...

¡Victoire! Me va a matar cuando se entere. Ay Dios mío santo, pobre de mi. Adiós mundo cruel.

Cuando abrí mis ojos, me di cuenta que él estaba como confundido. Mis mejillas se tornaron de un leve color carmesí cuando él empezó a reír. No de una manera de burla, si no de una manera agradable. Cuando se detuvo, extendió su mano, tal y como un príncipe.

»Solo serán cinco minutos, por favor -Y no pude resistirme a esos encantadores ojos verdes. Tomé su mano y suspiré.

-Solo cinco minutos. -Y la sonrisa que se formó en su rostro era más grande que la del Gato de "Alicia en el País de las Maravillas".

Como amo esa película.

Y cuando íbamos a empezar a caminar, sonó el timbre. Él resopló molesto, sacó un papel de su bolso, anotó algo y me lo dio. Me dio una cálida sonrisa y antes de irse, besó el torso de mi mano, tal y como un príncipe.

¡Besó el torso de mi mano! Ayuda, no me entra oxigeno a los pulmones, me muero. ¡911!

No sé en qué momento ya se había ido y yo ya estaba leyendo ese papel en mi pupitre. Sentía como un cosquilleo en mi mano, la mano que él besó, y sonreí al recordar ese momento que hace pocos segundos había pasado y quedaría en mi mente, por siempre.

- Nunca volveré a lavarme la mano -Me dije a mi misma en un pequeño susurro. Aunque probablemente termine olvidándolo, me la lavé y después me acuerde y me arrepienta. Después Vic me...

¡Victoire!

¡Ay Dios! ¡Ay Dios! Vic me va a matar, me va a degollar. No, mejor yo misma me lanzo, así hay menos sufrimiento.

Y de la nada me percaté que él papel se había arrugado un poco. Lo doblé y lo guardé en mi bolso, repitiendo en mi mente una y otra vez lo que decía.

"Hey, escríbeme por Face y así hablamos mejor. Tengo tanto para explicarte. Por favor, no te arrepientas y escríbeme. Estaré esperando tu mensaje.

Atte.: El chico de ojos verdes."

Lo siento Vic

-

Nota de la Autora:

Bueno mis amores, capítulo número 05.

El siguiente capítulo será la continuación de este, ósea, todo pasó en un solo día.

De todas formas dejare una pequeña nota ( tal cual como el capítulo anterior ) al principio para recordarles.

Ahora sí, me voy y les mando mucho amors.

Bai

-Vic

PD; En mi país son las 12:33 am. , sorry por la hora °^°

el chico de ojos verdesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora