La hermana de Ryoma Echizen II~[Prince of tennis]

~Final~

Después de aquella despedida en el aeropuerto habían pasado doce largos años. Una joven estaba a punto de abordar un avión con destino a Tokio, Japón.

—¡Señora no puede viajar en ese estado! —dijo una de las azafatas de la tripulación.

—Tengo autorización de mi médico—aclaró la otra mujer, que estaba perdiendo la paciencia.

—Comprenda, tiene varios meses de embarazo, podría tener a su hijo aquí en el avión—explicó la mujer.

—Para eso estoy viajando con mi médico. Usted no se preocupe y deje de hacerme pasar este enojo o realmente daré a luz aquí—replicó ofuscada, la de cabellos negros.

—Está bien, señora—contestó la azafata, sabiendo muy bien que sería inútil tratar de convencerla.

—Kaos, tienes que calmarte un poco—dijo el joven que viajaba con ella—Estás muy sensible.

—¿Y qué quieres Inui? Se lo dije muchas veces y no me entendía—contestó, la de cabellos negros.

—Se nota que tus hormonas están completamente disparadas—agregó el de lentes.

—Te pediría que dejaras de burlarte de mí—replicó la hija de Nanjiroh—Mejor dime cuál es la sorpresa que tienes—pidió la muchacha.

—Ese es un completo secreto, mi querida Kaos—aseguró el de cabellos negros—¿Y tu marido no viene? —preguntó curioso, Inui.

—No es eso. Él vendrá en otro vuelo porque tenía un partido muy importante hoy—dijo, la de ojos azules—Quería darte las gracias por acompañarme Inui, eres un gran amigo.

—No es nada. Además de tu amigo, soy tu médico. No te iba a dejar en estos momentos—aseguró el joven, imaginando que en caso contrario la chica podría dañar a la azafata.

—Estoy muy contenta de regresar, quiero verlos a todos—confesó, la hermana de Ryoma—¿Cómo estarán?

Mientras, en Japón, Nanjiroh se encontraba en su casa junto con su esposa y uno de sus hijos. La mujer llegó y le entregó al hombre una carta que había llegado recientemente.

—Kaos mandó una carta—comentó feliz y empezó a leerla en voz alta.

Querido papá:

Te mando esta carta porque quería avisarte que regresaré a Tokio junto con mi esposo. La razón es muy simple, quiero que conozcas a tu primer nieto. Estoy embarazada y me queda muy poco para dar a luz, así que por eso quería estar junto a ustedes en ese gran momento.

Espero que puedas ir a buscarme al aeropuerto, llegaré el día de mi cumpleaños. Dales mis saludos a mis hermanos, a mi tía y también a mi mamá.

Nos vemos

Te quiere Nao

—¡Qué! —gritó sostenidamente, el vestido de monje.

—¿Qué pasa, Nanjiroh? —preguntó la mujer, que no se había quedado a escuchar lo que decía la carta.

—¡Ese degenerado embarazó a mi niñita! —gritó desesperado, mientras se tiraba el cabello con ambas manos.

—Nanjiroh, no seas infantil. Llevan más de seis años de casados ¿qué esperabas? —cuestionó su mujer.

—Mi hija, embarazada—dijo apenado—¡Lo mataré cuando lo vea! —exclamó con fuerza, mientras tomaba las llaves del auto