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☀️🌙
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Caminaba debajo de la lluvia cubriéndose con una sombrilla; por fin ya había salido de su trabajo y estaba de camino para la comodidad de su apartamento. Tenía planeado en cuanto llegara se daría un buen baño caliente y se haría algo delicioso para comer.
Su pensamientos fueron interrumpidos al escuchar unos maullidos, miró lo que era una cajas al lado de un contenedor de basura, decido acercarse. Se colocó en cuclillas para ver dentro de la caja, en esta había un gato negro con unos bonitos ojos violeta, parece que estaba lastimado ya protegía mucho la patita derecha de afrente, parece que alguien lo había lastimado pegándole con algo, eso la hizo enfurecer al ver personas malas en maltratar a las criaturas inofensivas.
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—¡no te preocupes, yo te ayudo!—le dijo suave para no asustarlo; pero no contó que otro gato le saltara encima arañándole la mano, la muchacha por el susto se cayó sentada soltando la sombrilla.
Se asomó nuevamente y observó a un gato de color amarillo llegando a naranja, este estaba posicionada encima del gato negro protegiéndolo.
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La muchacha entendió por qué la atacó
—tranquilo, no les haré daño—fue acercar su mano, pero el gato amarillo se erizó y empezó a gruñir, la chica retiró su mano.
Así que decidió que iba a intentar otra cosa, se dio medía vuelta para no darle la cara y acercó nuevamente su mano, el gato volvió a erizarse, pero al ver que seguía ahí, se tranquilizó un poco pero aún manteniendo su posición de proteger al otro gato. La chica los miro, noto que estaba más tranquilo pero alerta, así que tomó la sombrilla para luego tomar la caja con los dos gatos.
—yo los cuido
Llego a su departamento, colocó la sombrilla a un lado y se quitó los zapatos. Colocó la caja en el medio de la sala para luego ir al baño, se seco con la toalla la cara para luego envolverla en su cabello, luego busco otra toalla para secar a los gatos.
Se acercó nuevamente a ellos, ella acercó su mano lentamente pero esta vez el gato naranja no le hizo nada, ella sonrió.
Tomó primero al naranjado y le pasó la toalla para secarlo, este peleaba un poco pero luego al sentir calor se quedó quieto y se dejó secar por ella; luego con cuidado tomó al negro, ahí fue que se percató que era una niña, la seco con delicadeza para no lastimarla, la gata empezó a ronronear al sentirse seca.
La muchacha fue a la nevera y sacó una paleta de mantecado para luego comérsela rápidamente dejando solo el palito y provocándose un "brain freeze", se tocó la cabeza con dolencia mientras fruncía los labios a esperar que se le pasara para luego sacar del botiquín un vendaje.
—ven aquí chiquita— dijo con dulzura mientras tomaba a la gata, el gato se erizó—tranquilo solo la voy a curar—y como si el gato la hubiese entendido se tranquilizó, la muchacha siguió con su trabajo, coló el palito a modo de soporte para luego vendarlo alrededor de la patita.
Con la gata aún en sus manos y un gato sobre protector persiguiéndole los talones; busco una sábana vieja en su armario y le hizo una especie de cama al lado de la suya. Para luego colocar suavemente a la gatita.
—¡de seguro tienen hambre!—busco dos platos para darle leche y abrió una lata de atún, los gatos empezaron a comer gustoso mientras ronroneaban.
Ella ladeó la cabeza mientras sonreía; decidió aprovechar que estaban entretenidos y se fue a bañar para luego colocarse la pijama, al regresar vio que la gata negra estaba acostada en medio de la cama que le improviso y el naranja se mantenía cerca de ella protegiéndola, no se despegaba de ella ni por un minuto.
Ella se acostó en el piso boca bajo y apoyó su mentón con la mano derecha, viendo como el naranja ahora le pasaba la lengua en el rostro de la gata.
—eres muy cuidadoso con ella—los gatos la miraron prestándole atención—me recuerdan a un par de amigos míos que siempre se están cuidando entre sí—sonrío con algo de melancolía—ellos literal no pueden vivir sin el otro—suspiró— ellos en verdad se quieren, y aveces me duele aceptarlo.
Ahora se acosto completa aún manteniendo su postura anterior pero usando su ante brazo como almohada— les debería poner un nombre—pensó un poco cerrando los ojos — ¡ya se!—dijo emocionada mientras se sentaba de golpe—tú serás Ichi—refiriéndose al gato naranja—y tú Ruki—refiriéndose a la negra—en honor a mis amigos.
Los gatos se acercaron a ella y empezaron a restregarse en sus brazos y piernas, ella río en una carcajada mientras los acariciabas ganándose ronroneos por parte de ellos.
Al otro día
La chica salía literal corriendo del instituto pasándole por el lado a un par que estaban discutiendo como siempre, al ver que la chica les pasó por el lado a toda prisa detuvieron su pelea.
—¡Inoue! ¿a dónde vas con tanta prisa?—preguntó la muchacha de cabellos negros y ojos orgullosos
Orihime se detuvo, miró a Ichigo y a Rukia para luego sonreír enseñando todos sus dientes
—¡me esperan Ichi y Ruki!
—¿Ichi?—preguntó el chico confundido
—¿Ruki?—preguntó igual
—¿les gusta? los llame así por qué ambos se quieren y se cuidan—fue lo único que dijo para seguir su camino
Ichigo y Rukia se quedaron confundidos al ver a su amiga más rara que de costumbre, se miraron para buscar una respuesta ambos se alzaron de hombro.
—Ichi y Ruki—repitió el chico, abrió los ojos de golpe—¡son nuestros nombres!
—entonces si es así ¿qué habrá querido decir con "ambos se quieren y se cuidan"?—preguntó la chica con una mano en su mentón en forma de pensadora, también abrió los ojos de golpe.
Se volvieron a mirar y se sonrojaron pero sin saber por qué exactamente.