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☀️🌙
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Ichigo se encontraba en su habitación haciendo trabajos del instituto; hasta que escucho un fuerte estruendo, Rukia había abierto fuertemente la puerta del cuarto, logrando que el chico se asustara un poco
—¡¿acaso no puedes abrir la puerta como una chica normal!?
—¡icisi ni pidi ibrir li pirti cimi ini chici nirmil!—repitió burlona mientras movía su mano como si fuera una boca hablando
Ichigo refunfuñó cosas sin sentido
—¡nadie en esta casa me respeta!—volvió a escribir su trabajo
Rukia se sentó en la cama del chico y se tiro boca arriba, estaba aburrida; en todo el día su celular no ha sonado para avisar sobre los hollows, y por desgracia Ichigo no es un tipo tan divertido. Se quedó mirando al techo para luego meter sus labio dentro de su boca para luego soltarlo haciendo el típico sonido de un "pop", volvió hacerlo unas cuatros veces más.
El chico apretó fuertemente el lápiz que sostenía, cada vez que trataba concentrarse en su trabajo Rukia lo distraía con el "pop"; se giró bruscamente de su silla giratoria, para verla acostada en su cama como si tuviera todo el derecho de hacerlo.
—¡puedes callarte!—Rukia se sentó en la cama al escucharlo—¡solo cincos minutos! ¿¡Puedes ser normal por solo unos cincos malditos minutos!?—volvió a darse la vuelta en su silla giratoria para retomar su trabajo
Rukia ladeó una sonrisa maliciosa, se levantó tranquilamente de la cama y camino en puntillas hasta quedar detrás del chico, se acercó al oído del chico y volvió a juntar sus labios.
"pop"
—¡ah, suficiente!—grito el chico, mientras partía el lápiz por la mitad; Rukia se echo a reír burlonamente por la reacción del chico, hacerlo molestar era bastante gracioso.
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—¡es fácil hacerte enojar!—río divertida mientras se limpiaba una lágrima imaginaria
—¿acaso no tiene otras cosas que hacer?
La chica dejó de reírse y lo miro seria
—no me culpes, el celular no me avisado de amenazas, además estoy aburrida y tú no eres bastante divertido que digamos—se cruzo de brazos
Ichigo rodó los ojos restándole importancia mientras se levantaba de la silla, le daba la vuelta a Rukia y la empezó a empujar por la espalda, ella se puso tiesa tratando de frenar
—¡no me molestes! Ve ayudar a cocinar a Yuzu o ve la televisión con Karin ¡lo que tú quieras!—saco a Rukia del cuarto—¡Pero déjame solo un rato!—le cerró la puerta en la cara
Rukia le sacó la lengua
—¡grosero!—refunfuñó molesta cruzada del brazos, mientras bajaba por las escaleras
—¡hola tercera hija!—escucho la voz animada del patriarca detrás de ella, asustándola un poco
—¡hola señor Kurosaki!—dijo sonriente mientras ponía la mano en el pecho por el susto—¿que trae ahí?—le preguntó curiosa, mientras veía al mayor con un montón de libros en la mano
—estaba recogiendo estos álbumes para guardarlos en un mejor lugar
—¿álbumes!
Isshin la miro y sonrió
—¿quieres verlos? son de Ichigo cuando era un bebé
Rukia sonrió y en esa sonrisa había algo de diversión
—¡seguro!
1 hora después
El chico se estiró en su silla, se tronó los dedos y el cuello
—¡por fin!—dijo aliviado mientras guardaba las cosas del colegio
Le dio algo de hambre así que fue a bajar para ir a comer algo; bajando las escaleras escucho risas desde la sala, curioso fue averiguar .
En la sala estaba su papá y Rukia; y en la mesita del medio estaban colocados los álbumes, Ichigo se puso pálido
—en esta estaba enojado por que lo metimos a bañar—río divertido el hombre, seguido de una Rukia
—¡qué crees qué haces !—grito muy agudamente enojado mientras le daba un golpe a su padre mandándolo a volar dejándolo inconsciente con espirales en los ojos.
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—¡Ichigo-kun!—le dijo con la voz falsa que tanto le irritaba, él mencionado miró a la chica que estaba parada al principio de las escaleras con una sonrisa burlona —no sabias que eras tan adorable—mencionó divertida mientras le enseñaba la foto donde era bebé, se encontraba desnudo enseñando sus nalgas y aún mantenido su cara de poco amigos
Ichigo se sonrojó tanto que le cambió hasta el color del pelo, corrió donde ella lata arrebatarle la foto
—¡devuélvemela!—le fue arrebatar la foto pero ella se lo negó
—¡muy lento!—le sacó la lengua mientras corría subiendo a las escaleras, siguiéndola muy de cerca un chico enojado y muy avergonzado.
Rukia tenía algo seguro, nunca le devolvería la foto, esa sería su arma para poder divertirse un rato cuando estuviese aburrida, por que verlo enojar era bastante gracioso para ella.
