Capítulo 5 : ... Lo trajiste de vuelta

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Raphael no alardeaba. Él diría, que era información falsa. Pero no se podía negar, pensó, que tener un público mientras entrenaba era bastante satisfactorio.

Él rápidamente giró su daga en su mano antes de tirarla directamente a la cabeza del maniquí. Dejó escapar el aliento que estaba conteniendo y sonrió con aire de suficiencia antes de sacar otra daga de su cinturón.

Luke y Simon estaban sentados en el lado del patio de entrenamiento para asegurarse de que no tratara de robar una daga o una espada para abandonar el lugar.

Incluso si les decía que no era tonto intentarlo de nuevo, el "hombre lobo" insistió en quedarse. El príncipe se había quitado la chaqueta, el esfuerzo lo había calentado y primero había entrenado con una espada, dejando bastante frustración en uno de los maniquíes.

Luke dijo que no tenían suficientes maniquíes de entrenamiento para satisfacer su deseo de violencia y que igual ellos no tenían la culpa.

Simon tuvo que calmar a los dos, que estaban dispuestos a pegarse uno a otro por culpa un hombre de paja, y sugirió arrojar dagas.

Simon era probablemente la persona más cercana a la que llamaría un amigo. Después de Alec, por supuesto, ya que ambos príncipes fueron los únicos forasteros, tienden a permanecer juntos en las cenas o en la biblioteca cuando Magnus lo deja estar por un tiempo.

Raphael estaba impresionado de que Alec estuviera tan tranquilo con su secuestrador a su lado cuando estaba seguro de que hubiera matado al dragón rojo si hubiera podido. Simon juró que el dragón no estaba allí, que había volado a Dios sabe dónde y que le avisaría tan pronto como regresara.

Lo dijo que con tanta preocupación en sus ojos, que el heredero del Muertil tuvo que resistirse a acariciar su cabeza.

Él y sus ojos de cachorro. Arcadia tenía algo por tener gente que pareciera inocente.

Raphael arrojó la daga y la cabeza de los tontos voló esta vez. Escuchó los vítores de Simon y, mientras se volvía elegantemente hacia él, se inclinó. No era un espectáculo, en absoluto.

-"¡Eres tan bueno, mi Señor!"- Simon saltó para acercarse a él. –"Has estado entrenando toda tu vida ¿verdad?"-

-"No solo eso."- Raphael se quitó el cinturón y fue a devolverlo con las otras armas. –"He entrenado con mis hermanos la mayor parte del tiempo y les doy tics. Con mi hermanita también, a ella le gusta mucho el tiro con arco."-

-"¿Eres un buen maestro? No me parece el tutor más paciente, Lord Santiago."- Él sonrió descaradamente al príncipe que levantó una ceja, pero le devolvió la sonrisa.

-"Sabes que puedes llamarme Raphael. Ya han pasado varios días desde que estoy atrapado aquí. Mi título no vale mucho aquí."-

-"¡Por favor! Si no alimento tu ego, estarás gruñón todo el día y yo,"- proclamó con la mano en su pecho. –"Necesito proteger a los arcadios de tu mal humor."-

Simón gritó cuando el príncipe lo atrapó con una llave de cabeza y le frotó el pelo ya desordenado.

-"¿Qué estas insinuando?"- Se rio cuando Simon intentó liberarse y resbaló. –"¿Que tengo una personalidad horrible?"-

-"¡De ningún modo! Lo siento, Raphael ¡suéltame!"- Se retorció, pero el príncipe se aferró.

-"Es mi Señor para ti."- Bromeó.

Simón gruñó y logró deslizarse entre sus brazos, corriendo hacia Luke en busca de protección. El guardia solo rodó los ojos y murmuró que a veces no debería ser tan indefenso. Raphael se rio de las payasadas de Simon y se echó hacia atrás su abrigo.

CRIMSON FIRE (Saphael)TraduccionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora