ADULT THINGS (TERMINADA)

LA CAFETERÍA

Estaba en la cama, con sus ojos bien abiertos.

No podía dormir.

No podía dejar de pensar en esa persona.

Estaba claro que le gustaba los bellos paisajes, el arte y las mujeres hermosas.

Pero esa persona que vio, era como si fueran todas sus pasiones juntas.

Como una bella obra de arte natural, una hermosa persona.

Tomo su cámara y miró las fotografías que tomo.

Observaba el cuerpo y el rostro de esa persona.

Detenidamente cada cuadrante de la foto.

No tenia nada distintivo.

Aquella persona podría ser un turista, un pueblerino o algo por el estilo.

Tal vez solo lo iba a guardar en su memoria o en la lente de la cámara.

Una simple fotografia, de una persona desconocida. 

Por alguna extraña razón, su pecho ardía, los latidos de su corazón eran más rápidos, su respiración irregular.

No pudo dormir nada durante dos noches.

Fue todos los días para ese mismo lugar y partes cercanas, buscando con la lente de su cámara, pero no encontraba a aquella persona.

Frustado se fue al centro del lugar, miraba los restaurantes, habían olores deliciosos. 

Pero había un problema.

Estaban llenos de turistas y eso lo odiaba.

Decidió ir más al sur, alejándose de los turistas y las personas que gritan por cualquier cosa.

Llego cerca de la orilla de un bosque.

El sonido de los pájaros cantar lo relajaron, no había gente gritando.

Se quedo mirando las casas de estilo victoriano, cerca vio una pequeña cafetería.

No se veía muy concurrida.

El gruñido de su estomago lo convenció y fue a aquella cafetería.

Abrió la puerta y la campana se escucho. 

Habían unas cuántas personas sentadas, pero le dio lo mismo, ya que no eran turistas.

Se sentó en un asiento individual, mirando quien podría atenderlo.

-Hola...-una mujer se acerco.

-¿Mmh?-El azabache la miro. 

Era una mujer de edad avanzada. El azabache le encontró algo familiar.

El color de los ojos de la anciana, le llamo la atención.

-¿Que desea?-Le sonrió.

-Emm...-miro el menú-Solo un jugo natural... tostadas... tocino y huevos...-

-De inmediato de lo traeremos...-Le sonrió nuevamente.

Se fue donde parecía ser la cocina, hablo en voz baja.

El azabache decidió mirar nuevamente las fotografías.

Sentía que se estaba obsesionado con aquella persona, pero seria en vano, ya que pensaba que nunca más la iba a ver.

Después de alrededor de cinco minutos, la puerta de la cocina se abrió, pero no le prestó atención.

-Tome su orden...-

Vio como dejaban lo que pidió frente a él.

La suave voz le llamo la atención.

De a poco subió la mirada.

Se quedo mirando la linda sonrisa de aquella persona.