Tu sonrisa...

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—Yo más, mi príncipe.

Que me haya dicho esas palabras me estremecieron.

—Ahora... debo preguntarte algo.

—Y, ¿qué es?

—Tú, Adelia... ¿quisieras ser la persona que se levante conmigo todas las mañanas? ¿Quisieras ser la persona que me haga feliz cuando esté triste? ¿Que me apoye cuando esté solo? ¿Que me ayude con lo que no pueda? ¿Que me haga entrar en razón? ¿Que me haga perder la cabeza? ¿Que tome chocolate caliente conmigo? ¿Quisieras ser la nuera de mis papás? ¿La creo que cuñada de Yoon Gi? Tú... ¿Quisieras ser mi novia?

—W-wow, ¿todo eso provoco en ti?

—Y más —Reí.

—¿Y tú? ¿Quisieras ser mi príncipe? ¿Mi chico ideal? ¿El que me dé amor cuando nadie más lo haga? ¿El que duerma conmigo hasta tarde? ¿El que trate de leer conmigo? ¿El que tome chocolate caliente conmigo? ¿El yerno de mis papás? ¿Tú quieres ser mi novio? Porque yo acepto ser tu novia —Sonrió.

—Tú ya sabes la respuesta... —Sonreí

—No, no la sé. Quiero oírlo de tu propia boca.

—Adelia, yo seré tu príncipe, y el único que pueda amarte de tal manera.

La besé de nuevo, ella me abrazó por el cuello y yo por la cintura, diablos, como amo sus labios.

—Vamos a tu casa. Debo dejarte ahí. No quiero que te pase nada.

La tomé de la cintura y fuimos.

Narra Adelia...

Fuimos a mi casa, pero la diferencia era que él tomaba mi cintura en vez de mi mano. A llegar nos despedimos. Le di un beso como corresponde y se fue.

Inhalé y expulsé el aire en un grito, era la novia de TaeHyung y no lo podía creer.

—¡Debo contarle a Hanna!

Tomé mi celular y la llamé enseguida.

En la llamada...

—¿Ho...

—¡Hanna! —Grité.

—Oye, me vas a dejar sorda niña, ¿qué sucede?

—¡TaeHyung y yo somos novios!

—¿¡Qué!? ¡Eso es increíble!

—¡Sí!

Se oyó un grito de parte de Hanna.

—Ay Dios amiga, disfrútalo. Chicos como él no se consiguen todos los días.

—Obviamente.

—Bien linda, debo irme, mis clases ya comienzan...

—Bien Hanna, adiós y suerte.

Fin de la llamada...

Me fui a dormir, con miles de mariposas en mi estomago.

Narra TaeHyung...

—¡YoonGii! —Grité estirando la última vocal de su nombre.

—¿Qué quieres?

Salieron también mamá y papá de la cocina.

—¡Adelia!

—¿¡Qué sucede con ella!?

—¿¡Está bien!?

—¿¡Qué le hiciste!?

—¡La hice mi novia!

Tu Sonrisa || K.THDonde viven las historias. Descúbrelo ahora