Con solo una mirada

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JOSCELYN

Me levanto al sonido de mi maldito despertador, pongo la almohada sobre mi cabeza y grito al darme cuenta de que me estoy quedando dormida. <<Llegar tarde el primer día no los sorprenderá>>. Corro al baño para darme una ducha y luego vestirme, me quedan 15 minutos para maquillarme, lo hago rápidamente y agarro una manzana antes de salir volando. Llevo puesto un suéter color crema, una falda negra que llega aproximadamente a cinco dedos arriba de la rodilla, unas panties negras y unas botas del mismo color con tacón, el pelo suelto y un maquillaje natural.

Ya me imagino a la profesora dándome el típico sermón por llegar tarde, estoy acostumbrada a eso, soy un poco desordenada. Corro para llegar antes de que cierren la puerta y me doy cuenta de que ya la cerraron. Toco con una expresión de angelito, pero no funciona, ella es firme y no deja pasar. Después de ese inesperado giro del destino, me siento junto a Mirana.

Mirana y yo somos amigas desde que empezó la universidad, a pesar de nuestras diferencias. Se burla de que no me concentro en astronomía, pero es difícil concentrarse con el brillo de las estrellas, algo que mis padres dicen que se refleja en mis ojos.

(...)

Suena el timbre y mientras Mirana y yo guardamos nuestras cosas, se nos acercan las porristas. La mayoría son mean girls, pero Cambrin y Camila son agradables, así que nos caen bien.

-Chicas, hoy hay evento escolar-, dice Cami saltando con sus pompones.

-¡Qué bien, vamos a ir!-, respondo sonriendo.

Después de eso, nos dirigimos al evento, aún no veo caras nuevas, seguramente están en el gimnasio esperando a que los llamen por grados para presentarse, lo cual puede ser vergonzoso a veces.

Mientras pasan lista, llega el último nombre.

<<Bueno, al menos ya terminamos>>

-Omar Crownfield-, anuncia el director.

Lo veo y me sorprendo, es lindo. Nuestra mirada se cruza y siento presión en sus ojos, como si pudiera ver más allá de mi superficie. Después de eso, me sumerjo en mis pensamientos.

OMAR

(...)

Salgo de Teoría General y me dirijo a la cafetería. El profesor no es tan malo y la clase no es aburrida cuando él habla, al menos en mi opinión. Hago fila para comprar un sándwich y un jugo de naranja, pensando en lo que vimos hoy.

De repente, choco con algo muy fuerte y mi jugo cae sobre la persona que me hizo tropezar.

-¿Qué te pasa?-, oigo una voz fuerte y madura.

Mierda, el primer día y ya tengo problemas.

-¿Por qué eres tan torpe?-, respondo con calma mientras lo miro, no es mucho más alto que yo.

-¿Eres nuevo?-, su voz suena forzada.

-¿Y a ti qué te importa?-, replico tranquila.

-Estúpido, te estás ganando una paliza-, dice la voz, algo más brusca.

-Joseph, déjalo-, interviene la misma chica con la que choqué.

-¿Por qué? Hay que enseñarle a no ser distraído-, insiste el chico acercándose a mí.

-Por favor-, ruega la chica poniéndose entre los dos.

-Solo porque tú me lo pides-, cede el chico. -Pero la próxima vez no serás tan afortunado.

-¿Estás bien?-, me pregunta la chica acercándose para asegurarse de que no me haya hecho daño.

La detengo antes de que pise el jugo derramado.

-Sí, gracias-, le digo mientras acomodo mi camisa.

-Soy Jocelyn-, se presenta amable. -No le hagas caso, es solo un idiota con masculinidad frágil.

Río suavemente. -Sí, se nota. Huele a esteroides.

<<Nos hizo reír, al menos algo bueno salió de esto>>.