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Había decidido no volverme a enamorar. Pero, un día cuando tenia catorce años, el apareció.
No se sabía bien de donde venía. El vivía con sus padres en la cima del edificio 330, el edificio que servía como estacionamiento. Ahí los carros se guardan como libros en una biblioteca, hay grúas que hacen eso.
Hoy, cuando lo pienso, encuentro esa idea completamente estupida. Trescientos treinta niveles para carros. Pero me acuerdo que en esa época me parecía completamente normal.
Nico.
El apareció una mañana en el ascensor. Subimos ciento quince niveles en silencio. Tenía un aroma a tierra mojada.
Lo más extraordinario fue que el se bajó en el piso ciento quince, como yo. Y que haya entrado a la escuela, como yo. Pero lo perdí en el pasillo.
Pero justo antes del receso, el director entró en el aula.
-Se llama Nico, recíbanlo como se debe. Nico, siéntate atrás del señor Jackson.
Mire hacia atrás y en efecto, el lugar estaba vacío. Piper estuvo ausente. Su asiento estaba libre. Anoche, en mi casa, se comió dos cajas de palomitas. Estaba enferma.
El vino a sentarse detrás de mí.
A la hora del desayuno, el se fue.
Nunca volvió a poner un pie en el colegio.

Ma planète  [Percico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora