Capítulo 4 *Te amo...*

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Killua suspira profundamente a través de su nariz, su aliento es la muestra de lo frustrado y confuso que esta, (no por pura casualidad), pero necesitaba lidiar con eso que lo inquietaba. Miraba a Gon desde una esquina del cuarto, cada movimiento que hacia él, lo veía, cada movimiento minúsculo que hacia, lo notaba. Killua lo mira con intensidad. Es una especie de mirada que él conoce muy bien; del tipo que dice, "Esto es una mala idea y me arrepentiré de preguntarte eso".

Aun así, Killua sigue con su plan.

—Gon— llama Killua, el titubeo se escucha en sus palabras —Te..— él pausa y Gon voltea a su llamado. No le importaba perder un poco su tiempo, después de todo solo estaba doblando las cobijas.

Gon le muestra una sonrisa y con esperanza contesta. —Sí, Killua ¿Que pasa?

Killua tuerce sus cejas, dando paso a una mirada seria —Te amo...

La respiración de Gon se detiene, se aloja en su garganta. El calor se arrastra en cada centímetro de su cuerpo. Todo pensamiento en su mente se evapora y es reemplazado por crepitante estática, y de repente su cara entera estaba picando y ardiendo como una llama abierta.

—¿Que acabas de...?

La voz de Gon se apaga, luego se marchita y muere en la parte posterior de su garganta. Su mundo se detiene, su respiración falla, pero esta feliz.

—Gon.. Te amo...— repite Killua.

—¡Killua, yo tam-

—¿Que es eso?

La sonrisa de Gon se congela junto con sus palabras. Killua no lo dejo terminar y ahora le preguntaba y exigía su respuesta.

—¿Qué es... qué?, Killua— dijo con una media sonrisa quebrada en su rostro.

Killua suspira. —Te amo, ¿Que es eso?

—Eso..— dijo Gon desanimado —Te refieres a... que es te amo...

Killua asiente y Gon flaquea. Sus ánimos se fueron con palabras, con unas simples palabras. Ahora necesitaba contestarle.

—Bueno..— Gon baja la mirada para clavarla en el suelo, acobardándose un poco por la mirada de Killua —Que te parece si vamos primero con Mito-san y cuando lleguemos te lo digo.

Killua se para a toda prisa del suelo y a paso rápido se paro enfrente de la puerta, recargándose en ella.

—No te voy a dejar ir hasta que me digas que es.

—¿Eh?— Gon parpadea hacia él —Killua, esto es enserio.

—Así...— se cruzo de brazos y frunció sus ceño —yo también estoy hablando enserio.

—...Si no me dejas ir yo.

—Si no te dejo ir ¿que?— Killua lo interrumpió bruscamente —¿Que harás canelita?

—¿Canelita?

—Dime que es.

—S-Si no me dejas ir yo le hablare a Mito-san— dijo Gon, en un chillido y con una notable vergüenza en su voz.

Era la primera vez que alguien le ponía un apodo bonito, pero canelita simplemente arrebasaba ese termino.

—Vamos, no creo que te cueste decirme que es— Killua relajo su expresión a una tranquila. Y con voz suave comenzó hablar —...tu me dijiste... te amo en la noche...

Gon dejo caer un poco su mandíbula y sus marrones dorados se abrieron. El rubor en su rostro se intensifico mas que anteriormente provocando que saliera humo por sus oídos. Él... ¡Él lo había escuchado! El corazón de Gon se tambalea, saber que Killua lo había escuchado lo ponía nervioso; corrió hacia la puerta, pero Killua le impidió el paso, empezando a forcejear ambos.

El Lobo Killua y El Campesino GonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora