La mujer del cabello rojo

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Alexander se sentía traicionado por alguna razón pero sabía que Astrid decía la verdad estaban solos y Daire era su esperanza tenían muy pocos aliados y muchos enemigos en especial por el estilo de vida que Alexander llevaba.
-Daire -Alexander le llama en un tono más tranquila ella alza su cabeza rápidamente - yo no soy una buena persona y mucho menos un buen amigo tengo un pasado y necesito ayudar a Astrid, no me preguntes la razón porque no yo mismo la sé, pero si aun así decides quedarte con nosotros no te detendré y seré tan amable como pueda, no te puedo dar nada a cambio, al menos por el momento-
Daire no tardó mucho en asentir el trato había sido serrado sin una sola palabra más Alexander se sentía como nuevo sabía que algo había cambiado que nuevamente la marea estaba bajando.
~~
-Alex ¿que fue ese sueño?- Astrid pregunta mientras se cuenta en la orilla de la cama están solos en la habitación pues Daire ha ido al trabajo-
-creí haberte dicho que no me hicieras preguntas sobre mi pasado-
- pero también te rendiste ante el hecho de no poderme ocultar nada-
-cada día te vuelves mas astuta-
-Déjate de rodeos - Astrid le da una mirada juguetona a Alexander
- poniéndonos  melancólicos desde temprano no conseguiremos nada bueno pero tú has insistido-
-déjate de dramas - lo mira fingiendo enojo
-está bien- Alexander se pone serio toma una gran bocanada de aire y se pone a narrar
Cuando yo tenia cuatro años mi madre se quitó la vida desgarrándose  las venas en aquel entonces yo no comprendía muy bien lo que sucedía, no la pude salvar por mi ineptitud cuando la encontré en el baño recostada sobre un gran charco de sangre no hice nada solo me paralice.
~~
Una casa de dos pisos de una familia de clase media, estaba hecha completamente de madera daba una apariencia muy cálida desde el exterior a pesar de ser invierno. Dentro en la sala de estar avía un pino fresco adornado bellamente, debajo estaban los regalos sin abrir y en la mesa una mujer con un niño pequeño esperando con la cena frente a ellos el reloj marcaba las once y seguían esperando
-mami ¿donde está papi? - preguntó un pequeño e inocente Alexander crédulamente a aquella mujer que claramente intentaba contener las lágrimas
-no debe tardar mucho en llegar mi amor- la voz de la mujer era baja casi se cortaba por el llanto que intentaba salir, observó a su hijo que se veía preocupado y le acarició la mejilla
- mami ¿porque lloras tanto estos días? ¿Porque papá llega más tarde a casa? Y ¿porque bebes tanto ese líquido rojo?-
-mami está triste porque papi ya no la quiere y bebe ese líquido para sentirse tranquila, pero hoy  celebraremos navidad como siempre lo hemos hecho.

Repentinamente suena el teléfono la mujer acaricia la cabeza del niño que comparte el mismo color de cabello con ella antes de darle la vuelta y dirigirse a la otra habitación.
- ¿diga? -se escucha que contesta -¡no! - su vos se torna en desesperación total  -¿están seguros que está muerto? ¡Eso no puede ser verdad! ¿Donde ha sido?
- se escucha un breve silencio -¡¿donde ha sido?!- ella grita con desesperación
Entra corriendo nuevamente al comedor toma en brazos al pequeño Alexander le pone un abrigo desesperadamente y suben ambos a un automóvil gris. Alexander está colocado atrás en un asiento  para infantes la madre se coloca tras el volante y conduce entre la nieve
Las ventanas están casi cubiertas por la nieve y el llanto de aquella mujer con larga cabellera roja carmesí opaca cualquier otro sonido su hijo no puede decir nada.
Llegan a un lugar está todo acordonado por la policía hay dos canillas con sábanas su madre descubre ambas, en una está su marido y en la otra su hermana, revisa su mano izquierda y ve un anillo con diamantes ensangrentado.
La madre de Alexander comienza a golpearla en el pecho una y otra vez hasta que la policía la retira de allí. Ella se queda de rodillas sobre el pavimentó lleno de nieve m, claramente está destrozada a tal punto que el frío no le afecta. Olvidó ponerse el abrigo.
Poco tiempo después llega un carro color vino y sacan a Alexander de el automóvil gris llevaba varias oras allí, estaba asustado pero no lloraba...

La chica de mis pesadillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora