Casi inmortal

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Estoy muy consiente del hecho de que todo es un ciclo, aquello que alguna vez ame desaparecerá frente a mis ojos y nada puedo hacer, así como las cosas malas se esfuman y solo quedan como una cicatriz las cosas buenas también terminan, las personas que amas irremediablemente te darán la espalda o serán alejadas por una fuerza a la cual no puedes oponerte.
El mundo cambia y aunque tu ya no estés allí esté segura adelante, lo único que quedará será el ver como todo desaparece, como te esfumas, llegará un momento en el que tu existencia será borrada por completo pero por lo menos quiero poder descansar, irme de este mundo sin sentir que he sido traicionada, sentirme en paz y no seguir teniendo este insoportable frío para la eternidad. Es solo eso lo que pedía pero ahora, la única persona que me ha ayudado, se encuentra una vez más al borde de la muérete.
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Unas horas atrás:
— niño quiero que guardes contigo el broche —aquella dama vuelve a colocar el broche en la caja y se la entrega a Alexander — no me queda demasiado tiempo de vida, me han detectado leucemia y estoy en una etapa terminal, me he negado a las quimioterapias porque yo ya he vivido mi tiempo, pero quiero que por lo menos alguien esté de lado de mi hija ya que yo no estuve allí cuando puede hacerlo— Alexander toma el broche le da un abrazo con mucho cuidado a aquella demacrada mujer y sale de aquella espeluznante habitación monocromática.
Mientras caminaba por el pasillo las luces se apagaron repentinamente Alexander siente un fuerte golpe en la parte posterior de la cabeza Astrid toma la caja de madera del piso y la guarda entre sus ropas, dos hombres vestidos de negro de una complexión alta y robusta atan a Alexander, Astrid intenta golpear a los agresores, pero ellos no se inmutan, su cuerpo es apenas una neblina para aquellos que no la perciben, y al no beber nada en los pasillos que ella pudiese utilizar para asustarlos o atacarlos solo le queda seguir a los comienza a tirar todo lo que ve a su paso pero en el salón principal hay una gran conmoción, la gente está gritando Astrid no quiere perder el rastro de Alexander así que trata de ignorar el problema, más tarde iría a buscar a Daire para que le ayudara a rescatar a su amigo solo esperaba que no le mataran en el instante.
Los hombres entran a la cocina la cual ya está des ocupada y colocan a Alexander junto a unos tanques de gas, en seguida salen corriendo, de la cabeza de Alexander se escapaba una espesa sangre y a pecar del calor provocado por el fuego el no recobraba la consciencia Astrid abrió unos cajones metálicos que tenía una ensimera, comenzó a tirar todo lo que se ataba en su interior y comenzó a arrastrar al inconsciente Alexander hasta colocarlo en el interior y fijar las puertas del armario con una fregona cercana, ella no estaba segura de regresar a tiempo con ayuda y era obvio que los tanques de gas explotarían pronto, tampoco era capaz de cargar a su amigo y arrastrarlo entre las llamas no parecía muy sensato.
Rápidamente dejó la habitación y fue a buscar a Daire el cuerpo de Alexander de por sí ya se encontraba débil por el disparo, ahora también por el golpe en la cabeza con lo que parecería ser una barra de metal, ella solo restaba para que sus esfuerzos para protegerlo sirvieran y que Alexander no estuviera a su lado de esta manera.
Astrid comienza a correr entre la gente y por fin encuentra en una esquina tirada a Daire, al parecer en la conmoción ella se había lastimado el tobillo pues uno de sus tacones se había roto, pero Astrid tenía como prioridad salvar la vida de Alexander
—Daire rápido Alexander está en la cocina solo logre colocarlo entre los gabinetes pero está herido y sangra mucho todavía está débil solo ha pasado una semana desde el disparo — Astrid estaba muerta de miedo y no podía pensar en cómo resolver el problema cuando de pronto se escucha un estallido en la cocina Daire se levanta dificultosamente y corre tan rápido como puede hacia la cocina para buscar a Alexander pero las llamas de la puerta le impiden pasar, alguien grita que los bomberos han llegado y Daire comienza a gritar por ayuda hasta que alguien se acerca.
Explica rápidamente la cotización y dos bomberos se abren paso, derriban las puertas de la cocina las cuales impedían el paso pues el plástico que en algún momento sirvió de protección ahora estaba fundido y se había convertido en un problema, inmediatamente al entrar encuentran a Alexander con quemaduras graves por todo el cuerpo pero vivo puesto que las puertas de la alacena le habían servido de escudo pero ahora estaban apunto de desprenderse, rápidamente lo sacan del lugar, Alexander ya no tenía pulso, mientras llegaban a la ambulancia se le aplicaban primeros auxilios Daire no puede subir a la ambulancia con ellos pues el pie se le había luxado por el sobre esfuerzo del de por si ya lastimado pie.
Y allí estaba Astrid llorando junto a Alexander al cual le realizaban reanimación, una y otra vez, su traje estaba completamente estropeado y algunas partes de su ropa se habían fundido con la piel, el parecía un hombre solitario al borde de la muerte, alguien que sería olvidado, pero Astrid sostenía su mano esperando que reaccionara.
Pasada una hora entra

La chica de mis pesadillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora