Capitulo 9

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Su caliente pecho contra el mío, mí agitado pecho contra el de él, más bien parecía una guerra de; cual lograba expandirse más.

Sus manos se entretuvieron al subir por mi vientre, mis pechos, hasta mis hombros y deslizar la camisa hacia atrás, quedado sin paso entre mis codos. 

Mis manos se encontraban sujetando el rostro de mi novio para mantener el fogoso beso que creábamos. Su delicada lengua danzaba junto a la mía a un compás inexistente, al igual que nuestros labios se expandía. 

Era una lucha para saber quien era el más fuerte, quien era el que mas resistía sin lograr desencadenar nuestros lados desesperados y creo que hasta el momento era la vencedora. 

Nick tomó de mis piernas y se levantó para adjuntar mi cuerpo contra la fría pared y comenzar con una lenta, tortuosa y profunda caricia por todo mi cuerpo. Sentí como una de sus manos se alejaba de mi anatomía y empezaba una búsqueda de la llave que largaría el agua caliente de la ducha. Prontamente comencé a jugar con el elástico del pantalón de buzo que llevaba puesto, aunque en la posición que estábamos, mis mismas piernas eran las que impedían que su pantalón cayera al suelo, puesto que estaban haciendo una fuerte llave en su cintura. 

Mis pies tocaron el suelo y mis manos tomaron con firmeza en principio del pantalón, sin arrebato, comencé a deslizarlo pasivamente hacia abajo, sintiendo la piel de sus piernas en mis manos, logrando un perfecto descontrol en él.

Al fin, ambos en ropa interior… perfecto para que el calor que ambos sentíamos en estos momentos desapareciera un poco… si, solo un poco.

Cada vez que sus manos quemaban en mi piel, sus labios devoraban a los míos con más intensidad por cada segundo pasado y yo solo me dedicaba a delinear sus pectorales, a tomar de su húmedo cabello y tirarlo hacia atrás cada vez que trataba de evitar soltar un gemido.

El baño dentro de poco se cubrió de vapor producto al agua hirviendo que caía sobre la superficie que pasaba por loza. 

— Te amo… —Repitió una vez más.

Los húmedos besos bajaron por mi cuello, hasta la loma de mis pechos y sobre la tela que los cubría. Su lengua humedeciendo mi piel más de lo que estaba, sus dientes hincándose sobre esta y sus manos inventando nuevos masajes ya me estaban llevando lejos. Tratando de buscar una escapatoria ante tanto placer, estiré uno de mis brazos hacia un lado para poder aferrarme a algo, era el espejo que ante a mi piel húmeda y mi mano buscando algo que arañar, emitía un suave chillido. Mi novio terminó hincado en el suelo, acomodándose para besar mi bajo vientre con pasión, barriendo la humedad arrastrando su labio inferior de un lado a otro y sus manos acariciando con delicadeza la tela de mi prenda interior inferior, pronto la quitaría del camino, pero por ahora sus intenciones eran nulas. 

Al volver a ponerse de pie y quedando pecho a pecho, me separó solo centímetros de la fría pared de piedra y sus manos subieron delicadamente por mi espalda, disfrutando mi piel y ver como me estremecía, ya que nuestras miradas estaban fijas y nuestros labios aún no se acoplaban para formar un beso desenfrenado y perfecto.

Las extremidades del muchacho se detuvieron en seco al encontrarse con los dos broches que se unían para mantener al bracier en su posición. 

Rozó mis labios con los de él, si seguía así prontamente estaría sobre el arrancándole los besos mas profundos, apasionados que pudiera dar, pero controlarme en estos momentos sería lo mejor… después de todo, el manejaba la situación.

Un simple ágil movimiento con sus manos y logró hacer magia con la prenda, pues esta desapareció.

Tomando de mis manos me guió hasta el interior de la ducha y sentí el agua recorrer todo mi cuerpo. 

— No… ocuparemos… la espuma… —Susurre mirándolo a los ojos.

Solo sonrió y volvió a atacar mis rojos e hinchados labios.

Nuevamente apegada a la pared y el presionando me cuerpo contra el suyo. Lentamente comenzó a proporcionar suaves, pero a la vez profundos movimientos sobre mí, ya no lo podía evitar, no pude evitar gemir tratando de soltar tanto placer y aferrarme a su espalda, por esta misma, mis manos se deslizaron hasta el elástico de su bóxer para tomarlo y deslizarlo hacia abajo, si quedarse atrás, sus manos se posicionaron en mi cintura, tomaron la única prenda que impedía estar a mi cuerpo desnudo y la quitó del camino. 

Finalmente ambos desnudos, mi novio acariciando besando mis pechos y yo arañando su triangular espalda. 

Decidido se acomodó entre mis piernas y solté un largo gemido en susurros al sentir como comenzaba entrar en mí. Mordía sus labios, enterraba mis uñas en su espalda ahogando los gritos y el apoyaba sus manos en mi cintura para manejar sus movimientos y los míos.

Soltó un suave gemido sobre mis labios a medida que la velocidad entre ambos cuerpos comenzaba a aumentar. 

Pasado ciertos minutos sin dejar gritar, gemir… de hacer el amor, lo sentí llegar con locura y pasión dentro de mí, tratando de liberar un poco de placer y excitación tomando con fuerza mi cintura y juntándome más a su cuerpo, yo solo estiraba mi cabeza hacia atrás y tiraba de su cabello. 

Ni un cuero resistió más, ambos estábamos agotados, tratando de capturar el oxígeno que estábamos perdiendo. 

Ni si quiera podíamos hablar, nos mirábamos agotados y respirábamos sobre nuestros labios.

Ya agotados las caricias prosiguieron… cuando un molesto sonido proveniente desde el exterior del baño nos interrumpió, el timbre.

-Crazy-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora